#1Lun Feb 06, 2012 9:22 pm
[Los origenes de ésta inuzuka]
-buuaah!-Bostezó la chica mientras parpadeaba un poco las imágenes aún eran borrosas y para ser sinceros… ni el murmullo de voces e parecía reconocer. –sueño…sueño.. tengo sueñooo! Qué día es´? Ya amaneción?! –sonaba una voz en la cabeza de la chica al tiempo en que parecía haber despertado de un profundo sueño pero la manera en que lo decía parecía graciosa.
Finalmente la chica se sentó y talló un poco sus ojos –Ya estás bien?-preguntó cierto pelinegro de rasgos caninos, a lo que la pelinegra volvió a verle somnolienta cuando por fin lo recordó soltó un severo golpe en la mejilla del pelinegro. El pelinegro se puso de pie realmente furioso levantó un puño en señal de su furia y solo gruño entre dientes –Bakka!! Te dije que no me trajeras-Gritó la chica mientras comenzaba a caminar en cualquier dirección. –diablos.. diablos.. no recuerdo muy bien éste lugar, a dónde voy? Que hago? :S—se preguntaba a sí misma algo nerviosa. La pelinegra se detuvo entonces y miró a su alrededor, árboles de diferentes tamaños, aire fresco y un amplio espacio, era el escenario.
-en dónde estamos?-preguntó Clío mirando al pelinegro y éste a su vez, miró a otra chica a su lado, una rubia de mayor edad a la de clío –oh! Ya veo…Takumi.. no debiste traerme de vuelta…-susurró la chica frunciendo el seño. Tomó un par de audífonos y los activó una vez estando en sus oídos- Gomen Clío-chan! –se disculpó la rubia abrazando a la chica claramente más alta que la pelinegra. La chica hizo una mueca de disgusto y Takumi fue el que intervino. Es en éste lugar… hace 14 años, cuando el hermano mayor de Clío-san intentó matarla… Aikawa-san tu eres nueva en la familia, tu vienes de konoha, así que seguramente ya se te lo dirá a su tiempo. Aquello provocó un profundo silencio en todos los presentes, y sin decir nada… Aikawa usó uno de los jutsus de su clan para leer la mente de la chica.-Sabes, Aikawa-san, no debiste hacer eso.. qué más da que te lo dijera yo?-dijo la chica mientras se oponía al jutsu al darse cuenta que la rubia invadía su mente buscando como si supiera que jamás lo sabría todo, sabiendo que podía encontrar lo que quisiese en la memoria de la chica.-el corazón de una niña es muy diferente…-Pensó Takumi algo confundido-Lo es…-escuchó el eco de los pensamientos de Clío.
“por más que busque mil respuestas no podré encontrar, en qué momento nuestras vidas se tornaron mal… no puedo explicarme, ¿por qué no puedo odiarte? Por más que quiera alejarme no puedo evitar pensar que en mi mundo hoy te quiero más…” Resonaba la letra de aquella canción en la cabeza de la chica.
Takumi, Aikawa y Clío caminabanfinalmente en silencio y sin rumbo fijo, en realidad era Clío la que guiaba y Takumi con la rubia quienes le seguía.-Aikawa-san… deja de leer mi mente-le pidió la Inuzuka frunciendo su seño y parándose en seco –no quiero! <.< -contestó de manera infantil a rubia mientras le miraba a la espalda dejando que Takumi le escuchara-aah!-se quejó la chica levantando el puño pero finalmente dejó salir un suspiro-haz lo que quieras…-Musitó.
Por la mente de aquella rubia que usaba a Clío como multibuscador un enorme globoo de grito se notó con una expresión tan familiar… “MUAHAHAHA!!”… claro… algo tenía que haber aprendido de la pelinegra inuzuka Clío. Aikawa era una prima lejana Yamakana, por casarse con uno de los primos de ésta, Takumi era el esposo de la rubia, ambos cuidaban mucho de la pelinegra como si fuese lo más importante de su familia o simplemente porque Takumi siempre la cuidó como una hermana menor desde aquel atentado con su hermano mayor.
Takumi~
Aikawa~Finalmente la chica se sentó y talló un poco sus ojos –Ya estás bien?-preguntó cierto pelinegro de rasgos caninos, a lo que la pelinegra volvió a verle somnolienta cuando por fin lo recordó soltó un severo golpe en la mejilla del pelinegro. El pelinegro se puso de pie realmente furioso levantó un puño en señal de su furia y solo gruño entre dientes –Bakka!! Te dije que no me trajeras-Gritó la chica mientras comenzaba a caminar en cualquier dirección. –diablos.. diablos.. no recuerdo muy bien éste lugar, a dónde voy? Que hago? :S—se preguntaba a sí misma algo nerviosa. La pelinegra se detuvo entonces y miró a su alrededor, árboles de diferentes tamaños, aire fresco y un amplio espacio, era el escenario.
-en dónde estamos?-preguntó Clío mirando al pelinegro y éste a su vez, miró a otra chica a su lado, una rubia de mayor edad a la de clío –oh! Ya veo…Takumi.. no debiste traerme de vuelta…-susurró la chica frunciendo el seño. Tomó un par de audífonos y los activó una vez estando en sus oídos- Gomen Clío-chan! –se disculpó la rubia abrazando a la chica claramente más alta que la pelinegra. La chica hizo una mueca de disgusto y Takumi fue el que intervino. Es en éste lugar… hace 14 años, cuando el hermano mayor de Clío-san intentó matarla… Aikawa-san tu eres nueva en la familia, tu vienes de konoha, así que seguramente ya se te lo dirá a su tiempo. Aquello provocó un profundo silencio en todos los presentes, y sin decir nada… Aikawa usó uno de los jutsus de su clan para leer la mente de la chica.-Sabes, Aikawa-san, no debiste hacer eso.. qué más da que te lo dijera yo?-dijo la chica mientras se oponía al jutsu al darse cuenta que la rubia invadía su mente buscando como si supiera que jamás lo sabría todo, sabiendo que podía encontrar lo que quisiese en la memoria de la chica.-el corazón de una niña es muy diferente…-Pensó Takumi algo confundido-Lo es…-escuchó el eco de los pensamientos de Clío.
“por más que busque mil respuestas no podré encontrar, en qué momento nuestras vidas se tornaron mal… no puedo explicarme, ¿por qué no puedo odiarte? Por más que quiera alejarme no puedo evitar pensar que en mi mundo hoy te quiero más…” Resonaba la letra de aquella canción en la cabeza de la chica.
Takumi, Aikawa y Clío caminabanfinalmente en silencio y sin rumbo fijo, en realidad era Clío la que guiaba y Takumi con la rubia quienes le seguía.-Aikawa-san… deja de leer mi mente-le pidió la Inuzuka frunciendo su seño y parándose en seco –no quiero! <.< -contestó de manera infantil a rubia mientras le miraba a la espalda dejando que Takumi le escuchara-aah!-se quejó la chica levantando el puño pero finalmente dejó salir un suspiro-haz lo que quieras…-Musitó.
Por la mente de aquella rubia que usaba a Clío como multibuscador un enorme globoo de grito se notó con una expresión tan familiar… “MUAHAHAHA!!”… claro… algo tenía que haber aprendido de la pelinegra inuzuka Clío. Aikawa era una prima lejana Yamakana, por casarse con uno de los primos de ésta, Takumi era el esposo de la rubia, ambos cuidaban mucho de la pelinegra como si fuese lo más importante de su familia o simplemente porque Takumi siempre la cuidó como una hermana menor desde aquel atentado con su hermano mayor.
Takumi~
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Última edición por Clío el Vie Feb 10, 2012 5:11 pm, editado 1 vez
#2Lun Feb 06, 2012 9:30 pm
[hermanos]
Por qué presiento que estar con Clío le hará mal?-pensó el shinobi haciendo referencia a Aikawa, al tiempo que sobando su mejilla mientras continuaba caminando al lado de la pelinegra que se mantenía en silencio cerrando sus ojos.
El “escenario” como acostumbraba llamarlo la Inuzuka. Era un lugar completamente solitario, con suficiente espacio como para que un Inuzuka entrenara, campo infalible para poner a prueba la supervivencia, pero lo que para ella le hacía el mejor lugar. Era el simple hecho de que el clima era el mejor. Conocía cierto lago que había por ahí, perfecto para los entrenamientos de velocidad, el frío, las lluvias y humedad eran quienes frecuentemente reinaban en aquel lugar manteniendo el fresco, y nublado cielo que iluminaba mejor que cualquier día soleado.
-hmph!-se quejó la pelinegra al llegar a la orilla de un muy estrecho río que bajaba desde la posición donde estaban ellos hasta metros abajo- qué pasa Clío?-preguntó la rubia en voz alta echando un vistazo mientras tomaba la mano de su esposo Takumi, a lo que éste solo inclinó un poco la cabeza para mirar lo que Clío había encontrado. La Inuzuka estaba en conclillas mirando detenidamente los rasguños que habían ya poco visibles sobre la corteza de un árbol –No puedo creer que aún se note…-musitó la chica, sin embargo tanto la rubia, y con mayor razón su pimo, le habían escuchado claro-Qué sucedió aquí?-preguntó abiertamente la rubia mientras en los ojos de la kunoichi un azul eléctrico se miraba destellar, Aikawa, gracias a su jutsu podía capturar imagen a través de los sentidos de la chica también.
-Supongo que como ahora somos familia, no me queda más que contártelo –Dijo la chica mientras que con ambas manos, retiraba los audífonos pero mantenía la música activa. La pelinegra se recargó sobre ése mismo árbol y se sentó sobre la mullida hierba. Flexionando un poco sus rodillas.
El clan Inuzuka se destaca por ser bueno como rastreador… tanto como para usar la fuerza…-comenzó a decir. En ése momento Takumi tomó asiento frente a ella mientras la rubia se sentaba en las piernas del chico, desactivando aquel jutsu sobre Clío.
Todo había comenzado cuando la decima sexta generación comenzaba a surgir… La familia principal, había tenido un niño al que habían llamado Yukito, un niño con dotes inigualables, muy estratégico muy callado y serio pero realmente admirable en la familia… 5 años después, una niña pelinegra de ojos verdosos había nacido con un perfecto control de chakra, y entre los murmullos de los miembros de la familia el primer hijo suponía que aquella chica crecería como lamejor. Se había mantenido en silencio fingiendo querer a su “hermanita” a la que siempre protegería sin importar qué.
El chico tenía ya 7 años… y se le había otorgado ya un can que le acompañaría por el resto de su vida, Akari y la niña de 2 años apenas, estaba a punto de tener a su amigo. Sin embargo, el chico ya tenía ninjutsu básico cosa que la niña desconocía y mucho menos entendía. Para cuando la niña ya tenía 5 años y su hermano mayo 10, la pelinegra estaba por adentrarse al mundo de las artes ninja y a pesar de ello… una mala jugada le demostró el doble filo de aquella letal arma en todo el mundo, llamada “shinobis”.
El “escenario” como acostumbraba llamarlo la Inuzuka. Era un lugar completamente solitario, con suficiente espacio como para que un Inuzuka entrenara, campo infalible para poner a prueba la supervivencia, pero lo que para ella le hacía el mejor lugar. Era el simple hecho de que el clima era el mejor. Conocía cierto lago que había por ahí, perfecto para los entrenamientos de velocidad, el frío, las lluvias y humedad eran quienes frecuentemente reinaban en aquel lugar manteniendo el fresco, y nublado cielo que iluminaba mejor que cualquier día soleado.
-hmph!-se quejó la pelinegra al llegar a la orilla de un muy estrecho río que bajaba desde la posición donde estaban ellos hasta metros abajo- qué pasa Clío?-preguntó la rubia en voz alta echando un vistazo mientras tomaba la mano de su esposo Takumi, a lo que éste solo inclinó un poco la cabeza para mirar lo que Clío había encontrado. La Inuzuka estaba en conclillas mirando detenidamente los rasguños que habían ya poco visibles sobre la corteza de un árbol –No puedo creer que aún se note…-musitó la chica, sin embargo tanto la rubia, y con mayor razón su pimo, le habían escuchado claro-Qué sucedió aquí?-preguntó abiertamente la rubia mientras en los ojos de la kunoichi un azul eléctrico se miraba destellar, Aikawa, gracias a su jutsu podía capturar imagen a través de los sentidos de la chica también.
-Supongo que como ahora somos familia, no me queda más que contártelo –Dijo la chica mientras que con ambas manos, retiraba los audífonos pero mantenía la música activa. La pelinegra se recargó sobre ése mismo árbol y se sentó sobre la mullida hierba. Flexionando un poco sus rodillas.
El clan Inuzuka se destaca por ser bueno como rastreador… tanto como para usar la fuerza…-comenzó a decir. En ése momento Takumi tomó asiento frente a ella mientras la rubia se sentaba en las piernas del chico, desactivando aquel jutsu sobre Clío.
Todo había comenzado cuando la decima sexta generación comenzaba a surgir… La familia principal, había tenido un niño al que habían llamado Yukito, un niño con dotes inigualables, muy estratégico muy callado y serio pero realmente admirable en la familia… 5 años después, una niña pelinegra de ojos verdosos había nacido con un perfecto control de chakra, y entre los murmullos de los miembros de la familia el primer hijo suponía que aquella chica crecería como lamejor. Se había mantenido en silencio fingiendo querer a su “hermanita” a la que siempre protegería sin importar qué.
El chico tenía ya 7 años… y se le había otorgado ya un can que le acompañaría por el resto de su vida, Akari y la niña de 2 años apenas, estaba a punto de tener a su amigo. Sin embargo, el chico ya tenía ninjutsu básico cosa que la niña desconocía y mucho menos entendía. Para cuando la niña ya tenía 5 años y su hermano mayo 10, la pelinegra estaba por adentrarse al mundo de las artes ninja y a pesar de ello… una mala jugada le demostró el doble filo de aquella letal arma en todo el mundo, llamada “shinobis”.
Última edición por Clío el Lun Feb 06, 2012 9:41 pm, editado 2 veces
#3Lun Feb 06, 2012 9:38 pm
[el hermano enfermo]
Onii … por qué estamos tan lejos de casa?-preguntó inocente la pequeña que caminaba tan rápido como lograba seguirle el paso al chico que se cubría con una capucha- yo, hermanita… te daré tu iniciación- Dijo malicioso.
Así que de ahí lo sacaste?!-Dijo interrumpiendo la historia, la rubia, haciendo referencia a esa sonrisa que su contenedor mostraba normalmente en batallas –Bueno... es que Con la figura que mi hermano mostró antes de “pelear” –enfatizó- es una de las imágenes que no olvido y recuerdo precisamente en las batallas-Explicó antes de volver a continuar.
-enserio?!-preguntó inocente, quizás ella no sabía que aquella no era una iniciación cualquiera. Tan pronto como pudo el chico lanzó a Akari sobre la chica sin piedad, de que fuesen familia, además sabía que Kai era apenas un cachorro, no era ni siquiera un estudiante aún.
El can mayor había arañado a la niña, la idea no era matarla, sino espantarla del arte del ninja para que aquel “poder” no hubiera sido descubierto. La niña gritaba y lloraba, pero tenía los ojos cerrados y solo escuchaba el gruñir del Akari lanzándose contra ella una y otra vez. Del otro lado del escenario, yukito tomaba a kai preparando par ahorcarlo y dejar que la niña sufriera aún más. –Déjala… -Ordenó el chico acercándose a la niña realmente hundida en miedo y tristeza ¿por qué sucedía aquello? –Ahora sufrirás, Tú no debiste haber nacido!-Gritó el niño desesperado, él hablaba al pequeño can… pero las palabras de la niña le tomaron por sorpresa –Yo no pedí nacer con una energía estable… -Logró articular, y había dicho energía a lo que cualquiera llamaría Chakra. –Aún ahora… sigo sintiéndome bien-Sonrió… como solo una niña lo haría.
Aquella historia que la pelinegra narraba resultaba ser de gran impacto para la rubia por lo que se aferraba a su esposo, quien instintivamente mantenía la calma cerrando sus ojos. –“el corazón de una niña es muy diferente… lo es”- pensaba en sus propias palabras y la respuesta que la Inuzuka le había dado ¿a qué se refería? ¿Tenía que ver con su historia?. Podía sentir como el corazón de la chica se desquebrajaba -literalmente- . Hace unos momentos cuando invadía su mente, era como ser uno mismo, por lo que el pensamiento y el sentir de la pelinegra, llegaba directo a la rubia hasta que ésta había deshecho el efecto.
-Que insolente!-Gritó el niño estallando en llanto solo de ira. Y justo apretó fuertemente por el cuello del animal. El grito de dolor que había producido había sido como un ataque directo al corazón de la niña. Sin saber exactamente que pasó, Clío sostenía a su amigo entre sus pequeños brazos, tirados a la orilla del río, rastros de sangre así como su aroma y sin huellas de Akari y Yukito. Los Inuzuka padres habían estando preguntando preocupados por sus hijos, sin embargo fue Takumi, el primo de la misma edad de Yukito quien encontró a la gravemente herida y a su can con dificultades para respirar.
Luego de algunos meses, Clío había rogado a sus padres seguir con el aprendizaje de una kunoichi en su caso, sin embargo, su padre fue quien solventó todo para que ella lo cumpliera, sus padres se habían separado sin que ella lo supiera… sin embargo… tendría sus represarías en un futuro. Puesto que había sido Takumi quien se había comprometido a ayudarla con sus entrenamientos y también los de su can.
Así que de ahí lo sacaste?!-Dijo interrumpiendo la historia, la rubia, haciendo referencia a esa sonrisa que su contenedor mostraba normalmente en batallas –Bueno... es que Con la figura que mi hermano mostró antes de “pelear” –enfatizó- es una de las imágenes que no olvido y recuerdo precisamente en las batallas-Explicó antes de volver a continuar.
-enserio?!-preguntó inocente, quizás ella no sabía que aquella no era una iniciación cualquiera. Tan pronto como pudo el chico lanzó a Akari sobre la chica sin piedad, de que fuesen familia, además sabía que Kai era apenas un cachorro, no era ni siquiera un estudiante aún.
El can mayor había arañado a la niña, la idea no era matarla, sino espantarla del arte del ninja para que aquel “poder” no hubiera sido descubierto. La niña gritaba y lloraba, pero tenía los ojos cerrados y solo escuchaba el gruñir del Akari lanzándose contra ella una y otra vez. Del otro lado del escenario, yukito tomaba a kai preparando par ahorcarlo y dejar que la niña sufriera aún más. –Déjala… -Ordenó el chico acercándose a la niña realmente hundida en miedo y tristeza ¿por qué sucedía aquello? –Ahora sufrirás, Tú no debiste haber nacido!-Gritó el niño desesperado, él hablaba al pequeño can… pero las palabras de la niña le tomaron por sorpresa –Yo no pedí nacer con una energía estable… -Logró articular, y había dicho energía a lo que cualquiera llamaría Chakra. –Aún ahora… sigo sintiéndome bien-Sonrió… como solo una niña lo haría.
Aquella historia que la pelinegra narraba resultaba ser de gran impacto para la rubia por lo que se aferraba a su esposo, quien instintivamente mantenía la calma cerrando sus ojos. –“el corazón de una niña es muy diferente… lo es”- pensaba en sus propias palabras y la respuesta que la Inuzuka le había dado ¿a qué se refería? ¿Tenía que ver con su historia?. Podía sentir como el corazón de la chica se desquebrajaba -literalmente- . Hace unos momentos cuando invadía su mente, era como ser uno mismo, por lo que el pensamiento y el sentir de la pelinegra, llegaba directo a la rubia hasta que ésta había deshecho el efecto.
-Que insolente!-Gritó el niño estallando en llanto solo de ira. Y justo apretó fuertemente por el cuello del animal. El grito de dolor que había producido había sido como un ataque directo al corazón de la niña. Sin saber exactamente que pasó, Clío sostenía a su amigo entre sus pequeños brazos, tirados a la orilla del río, rastros de sangre así como su aroma y sin huellas de Akari y Yukito. Los Inuzuka padres habían estando preguntando preocupados por sus hijos, sin embargo fue Takumi, el primo de la misma edad de Yukito quien encontró a la gravemente herida y a su can con dificultades para respirar.
Luego de algunos meses, Clío había rogado a sus padres seguir con el aprendizaje de una kunoichi en su caso, sin embargo, su padre fue quien solventó todo para que ella lo cumpliera, sus padres se habían separado sin que ella lo supiera… sin embargo… tendría sus represarías en un futuro. Puesto que había sido Takumi quien se había comprometido a ayudarla con sus entrenamientos y también los de su can.
#4Lun Feb 06, 2012 11:02 pm
[Hermanos |2|]
Ja!-soltó una carcajada la pelinegra mientras se sostenía con las palmas en el piso pasadas por detrás de su espalda levantando un poco la mirada al cielo nublado. -¿qué te parece gracioso?-Gritó un poco molesta la rubia más berrinchuda inflando sus mejillas quizás mal interpretando la situación aunque Takumi parecía sumamente despreocupado, la chica le frotó las mejillas para ver si al menos cambiaba su expresión.–ñaaam… me parece gracioso el hecho de desconocer cómo nos salvamos de esa xD –Sonrió como si hablara de cualquier cosa, aquello le había provocado ganas a la rubia de soltarle un puñetazo como lo había hecho ella con Takumi, pero ya había visto las consecuencias… así que no se arriesgaría. –w-U
Bueno… tienes razón –Dijo Takumi con un deje infantil mientras inflaba sus mejillas –Pero creo que es por ello que te haces más fuerte cada vez… -musitó mirándola de frente tan serio como siempre, provocando que la chica sonriera cálidamente. –“Un corazón que desea proteger a alguien… se vuelve más fuerte…”-Citó la pelinegra mientras cruzaba sus brazos al tiempo que flexionaba sus rodillas frente su cara, y un poco arqueada, posaba sus brazos sobre las rodillas.
-“tum tum, tum tum” Escuchaba parecía percibir la rubia al mirad a la inuzuka. El latir puro del corazón de aquella niña que había conseguido monopolizar a Takumi tanto como para hacerlo su hermano mayor y a ella una familiar más, tenía un ritmo de alegría uno que motivaba al espíritu aquel.
Aikawa Se puso de pié tomándose de la mano con Takumi quien le miró sorprendido mientras se preguntaba que pretendería hacer.-Y entonces, por qué eres tan ruda? O.o no hay nadie que ocupe un lugar muy, muy especial en tu corazoncito?- preguntó mirándola de frente. Ésta era la primera vez que los Inuzuka miraban a la rubia de esa manera. Era realmente alta de unos 1.65cm, estaba erguida, con el ceño fruncido y resaltando ese brillo en sus ojos verde esmeralda, su tes clara delataba sus gestos y muecas inflando sus mejillas.
Los amielados ojos de Takumi se posaron en la mirada de la pelinegra y ésta solo asintió. –En realidad es por mis hermanos… Allen Walker, anterior Lider de Akatsuki-enfatizó nuevamente- Es mayor que yo por un año… es solo hijo de mi madre… por lo que tanto él como yo adoptamos clanes diferentes. Él es un uchiha y yo Inuzuka, la manera en que nos conocimos fue en realidad algo… raro….-Expresó nostálgica mientras sus recuerdos vagaban y comenzaba a contar nuevamente.
Ni Allen Walker Uchiha ni Clío Zaphir Inuzuka se conocían hasta que cierto día, una mujer les había reunido… “-deja de esconderte, se que estás ahí. Baja y hablemos no hay necesidad de fomentar una pelea”-Fueron las palabras de aquel alvino que provocó que su hermanita… cambiara ese carácter amenazante al menos un poco. Aquel día justo antes de la invasión a Otokagure, Allen había hecho feliz a su hermana, sin embargo tanto esfuerzo había sido evaporado por la crueldad de una persona más. El mejor amigo de éste y senpai de la misma.
-Así que matas porque mataron a alguien especial para ti?-preguntó errante el rubia delatando su confusion, que se intrigaba cada vez más. Los presentes parecieron escuchar un “hmp” proveniente de la pelinegra –Para nada…-Miró fija con la energía aún más allá de un Inuzuka.
Bueno… tienes razón –Dijo Takumi con un deje infantil mientras inflaba sus mejillas –Pero creo que es por ello que te haces más fuerte cada vez… -musitó mirándola de frente tan serio como siempre, provocando que la chica sonriera cálidamente. –“Un corazón que desea proteger a alguien… se vuelve más fuerte…”-Citó la pelinegra mientras cruzaba sus brazos al tiempo que flexionaba sus rodillas frente su cara, y un poco arqueada, posaba sus brazos sobre las rodillas.
-“tum tum, tum tum” Escuchaba parecía percibir la rubia al mirad a la inuzuka. El latir puro del corazón de aquella niña que había conseguido monopolizar a Takumi tanto como para hacerlo su hermano mayor y a ella una familiar más, tenía un ritmo de alegría uno que motivaba al espíritu aquel.
Aikawa Se puso de pié tomándose de la mano con Takumi quien le miró sorprendido mientras se preguntaba que pretendería hacer.-Y entonces, por qué eres tan ruda? O.o no hay nadie que ocupe un lugar muy, muy especial en tu corazoncito?- preguntó mirándola de frente. Ésta era la primera vez que los Inuzuka miraban a la rubia de esa manera. Era realmente alta de unos 1.65cm, estaba erguida, con el ceño fruncido y resaltando ese brillo en sus ojos verde esmeralda, su tes clara delataba sus gestos y muecas inflando sus mejillas.
Los amielados ojos de Takumi se posaron en la mirada de la pelinegra y ésta solo asintió. –En realidad es por mis hermanos… Allen Walker, anterior Lider de Akatsuki-enfatizó nuevamente- Es mayor que yo por un año… es solo hijo de mi madre… por lo que tanto él como yo adoptamos clanes diferentes. Él es un uchiha y yo Inuzuka, la manera en que nos conocimos fue en realidad algo… raro….-Expresó nostálgica mientras sus recuerdos vagaban y comenzaba a contar nuevamente.
Ni Allen Walker Uchiha ni Clío Zaphir Inuzuka se conocían hasta que cierto día, una mujer les había reunido… “-deja de esconderte, se que estás ahí. Baja y hablemos no hay necesidad de fomentar una pelea”-Fueron las palabras de aquel alvino que provocó que su hermanita… cambiara ese carácter amenazante al menos un poco. Aquel día justo antes de la invasión a Otokagure, Allen había hecho feliz a su hermana, sin embargo tanto esfuerzo había sido evaporado por la crueldad de una persona más. El mejor amigo de éste y senpai de la misma.
-Así que matas porque mataron a alguien especial para ti?-preguntó errante el rubia delatando su confusion, que se intrigaba cada vez más. Los presentes parecieron escuchar un “hmp” proveniente de la pelinegra –Para nada…-Miró fija con la energía aún más allá de un Inuzuka.
#5Lun Feb 06, 2012 11:44 pm
[Mura No Me][prologo]
Lo que me hace tener esa fría personalidad –comenzó a decir antes de continuar con la historia.
"Luego de la invasión a Oto, Clío había perdido contacto con Allen… había literalmente, desaparecido. Sin embargo, por su hermano había conocido a quien hubiera cubierto el papel de sensei del mismo. Quien fuera llamado el shinigami negro, había llegado a ocupar un lugar con Clío también. y a pesar de ello, gracias a la familia Hyuga, había llegado a hacer nuevos amigos. Cierto día, durante un entrenamiento con su prima lejana, Aoi Hyuga… había conocido a cierto rubio que ahora quería demasiado, así como al resto de su equipo.
Recordó las palabras, de aquella voz que parecía esforzarse por ganarle a la chica. Clío había salido a visitar, a konoha a Aoi puesto que sus padres eran de alla. Los chicos jugaban carreras en el patio de la casa de Aoi, el rubio parecía hablar otro ideoma y se le dificultaba comunicarse con ellas, sin embargo no fue menos preciado, y tremendo alboroto habían formado en contra de la Inuzuka que era más veloz, aoi mas ágil y el chico daba su mayor esfuerzoo. El rubio era un amigo de la Hyuga… y se volvió amigo de la Inuzuka también cuando éstos hablaban de mejorar al mundo shinobi de ser mejor que cualquiera… de ser una especie de superhéroes de manga… era entonces cuando debían volverse “Mura No Me”. Un grupo de mejores amigos destinados y propuestos al mundo escondidos desde las sombras vigilando.
El rubio recibía el flamante nombre de Tamesis Uzumaki un chico… con una sola idea en mente y que contagió a la Inuzuka. Entre ellos entabló una amistad, junto con el mejor amigo de éste, quizá considerado un hermano. Kira quien había enfrentado recientemente que no era sino un miembro de un misterioso clan. Los tres habían comenzado una nueva historia en Mura No me… y a pesar de que todos eran de diferentes aldeas y clanes, les unía un mismo pacto de sangre. Aquello era un trato muy importante para Clío.
-Así que Kira-kun y Támesis-kun… junto con Sasuke-kun, son lo más importante para mí..-Contestó con una sonrisa y un suave rojizo en sus mejillas. –ya veo… “Un corazón que desea proteger a alguien… se vuelve más fuerte…” – recitó la rubia mientras parecía comprender los ideales de la kunoichi. Cunado estuvo dentro gracias a su jutsu, podo sentir la valentía que la chica tenía, la manera de dirigirse a sus amigos, a Tamesis, Kira, Sasuke… los mura no me deben ser bastante importantes –Sin embargo mi familia también está aquí…-Dijo Clío mientras interpretaba el “aquí” como el sentimiento que tenía hacia ellos.
Al igual que como había ocurrido con Allen, la fémina desconocía del resto de su familia, para ella solo había estado su padre, y a pesar de ello había formado un lazo fraternal con el menor de su grupo de amigos formado en las aldeas a las que visitaba. Durante su estadía en la academia ninja de kumo, gracias a su abuelo, la pelinegra tuvo el honor de presenciar la educación que algunos shinobi recibían de Ayase, su abuelo. Conoció a un chico que mostraba avance en sus entrenamientos… Surgió la motivación de la chica, y pidió a su abuelo estar a disposición con él, (como lo había hecho con Tamesis y Kira, sus antiguos estudiantes.) para cuando éste necesitara de ella, fuera cual fuera el motivo, Clío Inuzuka estaría para servirles.
"Luego de la invasión a Oto, Clío había perdido contacto con Allen… había literalmente, desaparecido. Sin embargo, por su hermano había conocido a quien hubiera cubierto el papel de sensei del mismo. Quien fuera llamado el shinigami negro, había llegado a ocupar un lugar con Clío también. y a pesar de ello, gracias a la familia Hyuga, había llegado a hacer nuevos amigos. Cierto día, durante un entrenamiento con su prima lejana, Aoi Hyuga… había conocido a cierto rubio que ahora quería demasiado, así como al resto de su equipo.
Recordó las palabras, de aquella voz que parecía esforzarse por ganarle a la chica. Clío había salido a visitar, a konoha a Aoi puesto que sus padres eran de alla. Los chicos jugaban carreras en el patio de la casa de Aoi, el rubio parecía hablar otro ideoma y se le dificultaba comunicarse con ellas, sin embargo no fue menos preciado, y tremendo alboroto habían formado en contra de la Inuzuka que era más veloz, aoi mas ágil y el chico daba su mayor esfuerzoo. El rubio era un amigo de la Hyuga… y se volvió amigo de la Inuzuka también cuando éstos hablaban de mejorar al mundo shinobi de ser mejor que cualquiera… de ser una especie de superhéroes de manga… era entonces cuando debían volverse “Mura No Me”. Un grupo de mejores amigos destinados y propuestos al mundo escondidos desde las sombras vigilando.
El rubio recibía el flamante nombre de Tamesis Uzumaki un chico… con una sola idea en mente y que contagió a la Inuzuka. Entre ellos entabló una amistad, junto con el mejor amigo de éste, quizá considerado un hermano. Kira quien había enfrentado recientemente que no era sino un miembro de un misterioso clan. Los tres habían comenzado una nueva historia en Mura No me… y a pesar de que todos eran de diferentes aldeas y clanes, les unía un mismo pacto de sangre. Aquello era un trato muy importante para Clío.
-Así que Kira-kun y Támesis-kun… junto con Sasuke-kun, son lo más importante para mí..-Contestó con una sonrisa y un suave rojizo en sus mejillas. –ya veo… “Un corazón que desea proteger a alguien… se vuelve más fuerte…” – recitó la rubia mientras parecía comprender los ideales de la kunoichi. Cunado estuvo dentro gracias a su jutsu, podo sentir la valentía que la chica tenía, la manera de dirigirse a sus amigos, a Tamesis, Kira, Sasuke… los mura no me deben ser bastante importantes –Sin embargo mi familia también está aquí…-Dijo Clío mientras interpretaba el “aquí” como el sentimiento que tenía hacia ellos.
Al igual que como había ocurrido con Allen, la fémina desconocía del resto de su familia, para ella solo había estado su padre, y a pesar de ello había formado un lazo fraternal con el menor de su grupo de amigos formado en las aldeas a las que visitaba. Durante su estadía en la academia ninja de kumo, gracias a su abuelo, la pelinegra tuvo el honor de presenciar la educación que algunos shinobi recibían de Ayase, su abuelo. Conoció a un chico que mostraba avance en sus entrenamientos… Surgió la motivación de la chica, y pidió a su abuelo estar a disposición con él, (como lo había hecho con Tamesis y Kira, sus antiguos estudiantes.) para cuando éste necesitara de ella, fuera cual fuera el motivo, Clío Inuzuka estaría para servirles.
Última edición por Clío el Mar Feb 07, 2012 9:19 am, editado 1 vez
#6Mar Feb 07, 2012 9:14 am
[la heroína nunca falla]
Sin embargo… Anteriormente, cuando Aoi y yo éramos niñas aún, conocimos a una heredera Uchiha más… Su nombre… Kaori-Comentó pausada, la Inuzuka, antes de contar otra parte más de su vida. Aikawa entendía a cada palabra que así como ella hablaba de su familia, quizás le gustaría que hablara de ella también.
Cierta mañana, cuando Aoi y Clío tenían 6 años apenas, jugaban en el parque central de Konoha, cuando encontraron una niña que estaba muy tranquila mirando un lago… Parecía muy callada, pero tenía una sonrisa cálida, su visión sensible, de cabello castaño y de estatura un poco media. Cuando se acercaron a ella, la chica parecía muy tímida, y sin embargo, consecutivamente según fueran al parque más seguido la miraban siempre en el mismo lugar, y como era menor al menos por un año o dos que la Hyuga y la Inuzuka, Clío sintió el deber de protegerla a como fuera lugar y así sucedió a Kaori también la quería como una hermana menor.
-Supongo que cosas que nunca cambian… -Espetó el pelinegro al fin resoplando mientras sus mejillas se inflaban un poco. -¿a qué te refieres?-preguntó su esposa algo intrigada. –Clío de pequeña era la tierna y dulcemente inocente niña que necesitaba ser protegida, más que nada por su padre. Pero desde la pelea con su hermano trata de aparentar que todo está bien aunque no lo esté y siempre quiere ser más fuerte. –Explicó mientras desviaba la mirada a la chica y con una sonrisa asintió.- Yo quería que a quienes conociera hiciera felices… solo entonces lo sería yo también, aún si no llegara a ser la gran persona que ocupa un espacio en sus vidas… Pero quería al menos que a los ojos… de aquellas personas.. –Decía… mientras su pensamiento vagaba en recordar todos los nombres o al menos los más cercanos, Támesis, Kira, Aoi, Sasuke, Kaori, Ada, Hei, Shigure y Hikari… Iris, Allen, Kerjex…todos incluso Takumi y Aikawa, aquellos que la habían aceptado como fuese- ...yo fuera una persona fuerte y tolerante… como la típica heroína de mangas casi perfecta –Completó mientras volvía a mirarlos con su resplendente sonrisa a la rubia y a Takumi.. –y crees que aún no es suficiente, no?-Dijo Aikawa con una sonrisa muy maternal y la calidez que emanaba su mirada tierna…ella sabía lo que significaba y valía el querer esforzarse por los demás. El querer poner la cara por los demás y resistir o aguantar cualquier tipo de consecuencia. Pero sentía que al estar unido por un lazo tan fraternal entre su esposo y la pequeña clío, ella podría preguntar y saber más y viceverza, por el simple hecho de que eran familia, y la quería igual como Takumi quería a la pelinegra, como si fuese también su hermana menos, pero Clío, Clío era un caso diferente… Ella ponía sus sentimientos para saber qué pasaba con los demás, y más allá de un poder, lo que ella poseía era un “DON” un don de sumo valor.
La chica sonrió ante la incógnita de la rubia-Nada es suficiente… Para lograr lo que yo quiero, eh de experimentar la derrota y el triunfo. Si en el camino eh puesto de todo mi esfuerzo… Si desgasto todos mis recursos en él para llegar al triunfo o a la derrota, me doy cuenta que ambos partidos no son lo suficiente sino lo que das en el camino-Espetó recordando con júbilo en su pensamiento, la imagen del rostro de su padre con esa peculiar sonrisa –En realidad, con referencia a mis amigos… no es la finalidad monopolizarlos-Hizo una breve pausa-lo que quiero es que me necesiten, que no me olviden.-terminó de decir con una mirada y sonrisa nostálgica… sus ojos no habían derramado lágrimas, pero se notaba el brillo de la humedad en ellos. Su padre, siempre le había motivado a ser la mejor y Takumi había estado para apoyarla.
Cierta mañana, cuando Aoi y Clío tenían 6 años apenas, jugaban en el parque central de Konoha, cuando encontraron una niña que estaba muy tranquila mirando un lago… Parecía muy callada, pero tenía una sonrisa cálida, su visión sensible, de cabello castaño y de estatura un poco media. Cuando se acercaron a ella, la chica parecía muy tímida, y sin embargo, consecutivamente según fueran al parque más seguido la miraban siempre en el mismo lugar, y como era menor al menos por un año o dos que la Hyuga y la Inuzuka, Clío sintió el deber de protegerla a como fuera lugar y así sucedió a Kaori también la quería como una hermana menor.
-Supongo que cosas que nunca cambian… -Espetó el pelinegro al fin resoplando mientras sus mejillas se inflaban un poco. -¿a qué te refieres?-preguntó su esposa algo intrigada. –Clío de pequeña era la tierna y dulcemente inocente niña que necesitaba ser protegida, más que nada por su padre. Pero desde la pelea con su hermano trata de aparentar que todo está bien aunque no lo esté y siempre quiere ser más fuerte. –Explicó mientras desviaba la mirada a la chica y con una sonrisa asintió.- Yo quería que a quienes conociera hiciera felices… solo entonces lo sería yo también, aún si no llegara a ser la gran persona que ocupa un espacio en sus vidas… Pero quería al menos que a los ojos… de aquellas personas.. –Decía… mientras su pensamiento vagaba en recordar todos los nombres o al menos los más cercanos, Támesis, Kira, Aoi, Sasuke, Kaori, Ada, Hei, Shigure y Hikari… Iris, Allen, Kerjex…todos incluso Takumi y Aikawa, aquellos que la habían aceptado como fuese- ...yo fuera una persona fuerte y tolerante… como la típica heroína de mangas casi perfecta –Completó mientras volvía a mirarlos con su resplendente sonrisa a la rubia y a Takumi.. –y crees que aún no es suficiente, no?-Dijo Aikawa con una sonrisa muy maternal y la calidez que emanaba su mirada tierna…ella sabía lo que significaba y valía el querer esforzarse por los demás. El querer poner la cara por los demás y resistir o aguantar cualquier tipo de consecuencia. Pero sentía que al estar unido por un lazo tan fraternal entre su esposo y la pequeña clío, ella podría preguntar y saber más y viceverza, por el simple hecho de que eran familia, y la quería igual como Takumi quería a la pelinegra, como si fuese también su hermana menos, pero Clío, Clío era un caso diferente… Ella ponía sus sentimientos para saber qué pasaba con los demás, y más allá de un poder, lo que ella poseía era un “DON” un don de sumo valor.
La chica sonrió ante la incógnita de la rubia-Nada es suficiente… Para lograr lo que yo quiero, eh de experimentar la derrota y el triunfo. Si en el camino eh puesto de todo mi esfuerzo… Si desgasto todos mis recursos en él para llegar al triunfo o a la derrota, me doy cuenta que ambos partidos no son lo suficiente sino lo que das en el camino-Espetó recordando con júbilo en su pensamiento, la imagen del rostro de su padre con esa peculiar sonrisa –En realidad, con referencia a mis amigos… no es la finalidad monopolizarlos-Hizo una breve pausa-lo que quiero es que me necesiten, que no me olviden.-terminó de decir con una mirada y sonrisa nostálgica… sus ojos no habían derramado lágrimas, pero se notaba el brillo de la humedad en ellos. Su padre, siempre le había motivado a ser la mejor y Takumi había estado para apoyarla.
Última edición por Clío el Jue Feb 09, 2012 12:47 pm, editado 1 vez
#7Jue Feb 09, 2012 12:45 pm
[Un pasado más volviéndose presente para ser futuro]
Yo ya sabía que para que un sueño se cumpliera… soñar no era suficiente-Dijo mientras se ponía de pie con la mirada baja, y la manga de su chamarra pasó limpiando su rostro, disimuladamente. –Es verdad…-Respondió Aikawa, pero fue Takumi quien había comprendido de verdad a lo que Clío buscaba hacer referencia –No se trata solo de desear que llegue el invierno y se quede para siempre, ¿cierto?-intervino el chico pelinegro - Hay que disfrutar cuando éste llega aún a sabiendas de que no se quedará eternamente… y se irá para volver en otro tiempo igual –Completó.
Mientras caminaban, la pelinegra había colocado de nuevo sus auriculares en los oídos fingiendo estar bien… “Cada vez a levantar la mirada al cielo estrellas podre ver son como gente brillando eternamente ahnelando sueños diferentes yo quisera destacar y brillar con una mayor intensidad solo debo los ojos cerrar y creer en aquella estrella fugaz esto no puede ser no soy asi aun recuerdo aquel dia cuando mire el cielo aquella estrella yo le pedi que mi sueños me ayudara a realizar"–Resonaba en los oídos de Clío.
Pero entonces… ¿Quién era Clío Inuzuka?-Pensaba la rubia algo confindida, para que la chica tuviera apenas 13 años, tenía una gran mentarlidad. –Saben?... creo que si yo sé de ustedes creo que… lo correcto sería igualarme también-Declaró Aikawa.- Y comenzaré diciendo, que mi matrimonio ha sido uno de los más raros – bromeó mientras miraba a su esposo pelinegro-Yo también tuve de quien aprender, pero romper las reglas por tus propios ideales, a veces no es tan malo.
Aikawa era una de las descendientes del clan Yamanaka, el clan del “poseedor de mentes”. Sin embargo aquella niña de ojos verde esmeralda tenía un jutsu diferente a los de su clan, ésta era capáz de leer la mente de cualquier persona con el simple hecho de concentrarse, inlcuso tenía presentimientos muy frecuentes de todas gentes con tan solo tocar sus manos, por lo que muchos creían que había nacido con la bendición de sus ancestros Dioses, pues su clan aún no pertenecía en una aldea hasta que la niña tuvo al menos 8 años. En un principio, la chica se sentía temida por la gente e incluso ella misma podía sentir los sentimientos de los demás, las auras más fuertes eran más fáciles de detectar, realmente era muy diferente de el resto, así que su niñes fue un poco pesada por la carga de la gente que creía en que ella podía hacer cosas como las brujas o señoras que veían el futuro y todo eso. Para cuando se había adentrado en el mundo de los “shinobi” sus dones crecieron y se afinaron con ayuda de sus abuelos que le ayudaban a entrenar diariamente para concentrarse en mantenerse en calma así misma, había buenos resultados, comenzó a ser más segura de sí misma, podía mantener a salvo a distintas gentes con las que iba, como si de un radar de seguridad se tratace.
Siendo adolecente, le gustaba mucho recorrer la villa de Konoha, aldea a la que se había mudado con sus abuelos, Ahí creció cerca del clan inuzuka, pues caminando por el parque siempre encontraba a niños que jugaban con sus canes. Fue donde conoció a Takumi, un descendiente inuzuka, de tes clara y larga cabellera negra lacia, de ojos amielados y con una sensibilidad madura al que veía siempre cuidando de una pequeña que parecía su hermana, Clío de apenas 5 años.. Al pasar del tiempo, solía volver al parque para encontrarse con ellos y jugar también, además, habían sido sus primeros amigos.
-Aikawa tu llegaste con nosotros entonces… no como diferencia de nuestro clan, sino como destinada para ser mi mejor amiga sin importar nada más – Dijo Takumi hacia la rubia que caminaba a la izquierda de Clío y ésta a su vez a la izquierda del chico. –Cierto… -Acordó Clío. Entonces la rubia sintió por fin qué significaba formar un lazo como la Inuzuka lo hacía.
Mientras caminaban, la pelinegra había colocado de nuevo sus auriculares en los oídos fingiendo estar bien… “Cada vez a levantar la mirada al cielo estrellas podre ver son como gente brillando eternamente ahnelando sueños diferentes yo quisera destacar y brillar con una mayor intensidad solo debo los ojos cerrar y creer en aquella estrella fugaz esto no puede ser no soy asi aun recuerdo aquel dia cuando mire el cielo aquella estrella yo le pedi que mi sueños me ayudara a realizar"–Resonaba en los oídos de Clío.
Pero entonces… ¿Quién era Clío Inuzuka?-Pensaba la rubia algo confindida, para que la chica tuviera apenas 13 años, tenía una gran mentarlidad. –Saben?... creo que si yo sé de ustedes creo que… lo correcto sería igualarme también-Declaró Aikawa.- Y comenzaré diciendo, que mi matrimonio ha sido uno de los más raros – bromeó mientras miraba a su esposo pelinegro-Yo también tuve de quien aprender, pero romper las reglas por tus propios ideales, a veces no es tan malo.
Aikawa era una de las descendientes del clan Yamanaka, el clan del “poseedor de mentes”. Sin embargo aquella niña de ojos verde esmeralda tenía un jutsu diferente a los de su clan, ésta era capáz de leer la mente de cualquier persona con el simple hecho de concentrarse, inlcuso tenía presentimientos muy frecuentes de todas gentes con tan solo tocar sus manos, por lo que muchos creían que había nacido con la bendición de sus ancestros Dioses, pues su clan aún no pertenecía en una aldea hasta que la niña tuvo al menos 8 años. En un principio, la chica se sentía temida por la gente e incluso ella misma podía sentir los sentimientos de los demás, las auras más fuertes eran más fáciles de detectar, realmente era muy diferente de el resto, así que su niñes fue un poco pesada por la carga de la gente que creía en que ella podía hacer cosas como las brujas o señoras que veían el futuro y todo eso. Para cuando se había adentrado en el mundo de los “shinobi” sus dones crecieron y se afinaron con ayuda de sus abuelos que le ayudaban a entrenar diariamente para concentrarse en mantenerse en calma así misma, había buenos resultados, comenzó a ser más segura de sí misma, podía mantener a salvo a distintas gentes con las que iba, como si de un radar de seguridad se tratace.
Siendo adolecente, le gustaba mucho recorrer la villa de Konoha, aldea a la que se había mudado con sus abuelos, Ahí creció cerca del clan inuzuka, pues caminando por el parque siempre encontraba a niños que jugaban con sus canes. Fue donde conoció a Takumi, un descendiente inuzuka, de tes clara y larga cabellera negra lacia, de ojos amielados y con una sensibilidad madura al que veía siempre cuidando de una pequeña que parecía su hermana, Clío de apenas 5 años.. Al pasar del tiempo, solía volver al parque para encontrarse con ellos y jugar también, además, habían sido sus primeros amigos.
-Aikawa tu llegaste con nosotros entonces… no como diferencia de nuestro clan, sino como destinada para ser mi mejor amiga sin importar nada más – Dijo Takumi hacia la rubia que caminaba a la izquierda de Clío y ésta a su vez a la izquierda del chico. –Cierto… -Acordó Clío. Entonces la rubia sintió por fin qué significaba formar un lazo como la Inuzuka lo hacía.
#8Jue Feb 09, 2012 1:02 pm
Re: [Los origenes de ésta inuzuka]
Mientras avanzaban una brisa suave chocaba contra el semblante de los personajes, y el cielo nublado, era un panorama realmente hermoso para la chica que mostraba una sonrisa de satisfacción y su exclusiva música que aun por medio de los audífonos que rodeaban el cuello de la chica, los canes podían escuchar claramente.
-pero entonces…-Rompió el silencio la rubia. –según con lo que comprendí de tu historia… éste es el lugar donde podríamos decir que todo tu esfuerzo comienza? -preguntó algo insegura de si había hecho una buena pregunta, no por tonta sino porque quizás Clío no quisiera contestar. Pero fue nuevamente su esposo quien de inmediato contestó –literalmente- pues le lanzó una mirada de “estás en lo cierto” al tiempo en que asentía con la cabeza y le tomaba de la mano. Clío fingió no haberse dado cuenta y continuaron caminando, a su paso, el terreno parecía tupirse más y más de árboles grandes sin embargo había suficiente luz para atravesarlo, aunque no era de que tuvieran miedo, pero en caso de que les tomara por sorpresa la lluvia, tendrían tiempo para prepararse.
Y a pesar de todo ello…-comenzó a decir intrigando a los chicos que al menos iban un par de pasos atrás de ella. Clío se paró y llevó sus manos a la cadera mientras levantaba la mirada de frente al cielo. –aún no logro entender ¿qué de mi les hace permanecer a mi lado?- Terminó de decir mientras su caminar se volvía un poco lento, subió la mirada al cielo y sintió una briza ligeramente húmeda le acarició el rostro. Los tres avanzaron un poco más y con un par de saltos, subieron a una de las ramas de los árboles.
Clío se sentó en una de las ramas intermedias dejando su pierna derecha colgada, flexionó su rodilla izquierda y cruzando sus brazos se recargó sobre ella. –Soy tan poca yo y a la vez suficiente… -Comenzó a decir a un tono suficiente para que sus primos les escuchara. Takumi estaba en una rama de al lado, casi a la misma altura, y Aikawa al lado de ésta. –Soy una completa extraña, a veces me molesto por cosas insignificantes que para cualquiera quizás sean tonterías… pero para mí, incluso si son pequeños detalles puedes provocarme una herida pequeña que formará parte del resto y todas juntas me desquebrajarán… Explicó algo triste, su tono de voz se volvía frágil y su mirada, que veía a un punto indefinido mostraba un brillo por estar humedecidos. En ese momento la briza se volvió un poco más fuerte, y provocaba que la negra cabellera de ambos y la de la rubia se alborotara un poco.
-Clío…- Le llamó Aikawa algo apenada- Desde que supiste que era la prometida de Takumi, te distanciaste poco a poco de él ... y creí que era porque me odiabas... pero aún a pesar de ello no dejaste de quererlo, verdad? -preguntó desviando su mirada un poco. La Inuzuka se irguió recargando su espalda y cabeza completamente en la corteza del tronco, pasó una mano por su cabello y levantó la mirada. –En realidad… no lo pensé y solo lo decidí- Contestó pero entonces abrió sus ojos como enormes platos y parpadeó un poco para luego voltear a ver a Takumi quien le correspondía la mirada serena también-Es verdad… a veces no pienso las cosas y pienso que eso podría molestar a los que me rodean… y sin embargo, son muy tolerantes conmigo –Sonrió. –Ada Hyuga… una de mis mejores amigas y a quien conocí por Aoi… es un caso excepcional, tiene un carácter fuerte… que a diferencia mía no dejo llevar >.< pero ella a pesar de ello, tiene una hija, y aún si muchos la lastiman, ella seguirá levantándose como enorme llamarada, nadie será capaz de acapararla…
-pero entonces…-Rompió el silencio la rubia. –según con lo que comprendí de tu historia… éste es el lugar donde podríamos decir que todo tu esfuerzo comienza? -preguntó algo insegura de si había hecho una buena pregunta, no por tonta sino porque quizás Clío no quisiera contestar. Pero fue nuevamente su esposo quien de inmediato contestó –literalmente- pues le lanzó una mirada de “estás en lo cierto” al tiempo en que asentía con la cabeza y le tomaba de la mano. Clío fingió no haberse dado cuenta y continuaron caminando, a su paso, el terreno parecía tupirse más y más de árboles grandes sin embargo había suficiente luz para atravesarlo, aunque no era de que tuvieran miedo, pero en caso de que les tomara por sorpresa la lluvia, tendrían tiempo para prepararse.
Y a pesar de todo ello…-comenzó a decir intrigando a los chicos que al menos iban un par de pasos atrás de ella. Clío se paró y llevó sus manos a la cadera mientras levantaba la mirada de frente al cielo. –aún no logro entender ¿qué de mi les hace permanecer a mi lado?- Terminó de decir mientras su caminar se volvía un poco lento, subió la mirada al cielo y sintió una briza ligeramente húmeda le acarició el rostro. Los tres avanzaron un poco más y con un par de saltos, subieron a una de las ramas de los árboles.
Clío se sentó en una de las ramas intermedias dejando su pierna derecha colgada, flexionó su rodilla izquierda y cruzando sus brazos se recargó sobre ella. –Soy tan poca yo y a la vez suficiente… -Comenzó a decir a un tono suficiente para que sus primos les escuchara. Takumi estaba en una rama de al lado, casi a la misma altura, y Aikawa al lado de ésta. –Soy una completa extraña, a veces me molesto por cosas insignificantes que para cualquiera quizás sean tonterías… pero para mí, incluso si son pequeños detalles puedes provocarme una herida pequeña que formará parte del resto y todas juntas me desquebrajarán… Explicó algo triste, su tono de voz se volvía frágil y su mirada, que veía a un punto indefinido mostraba un brillo por estar humedecidos. En ese momento la briza se volvió un poco más fuerte, y provocaba que la negra cabellera de ambos y la de la rubia se alborotara un poco.
-Clío…- Le llamó Aikawa algo apenada- Desde que supiste que era la prometida de Takumi, te distanciaste poco a poco de él ... y creí que era porque me odiabas... pero aún a pesar de ello no dejaste de quererlo, verdad? -preguntó desviando su mirada un poco. La Inuzuka se irguió recargando su espalda y cabeza completamente en la corteza del tronco, pasó una mano por su cabello y levantó la mirada. –En realidad… no lo pensé y solo lo decidí- Contestó pero entonces abrió sus ojos como enormes platos y parpadeó un poco para luego voltear a ver a Takumi quien le correspondía la mirada serena también-Es verdad… a veces no pienso las cosas y pienso que eso podría molestar a los que me rodean… y sin embargo, son muy tolerantes conmigo –Sonrió. –Ada Hyuga… una de mis mejores amigas y a quien conocí por Aoi… es un caso excepcional, tiene un carácter fuerte… que a diferencia mía no dejo llevar >.< pero ella a pesar de ello, tiene una hija, y aún si muchos la lastiman, ella seguirá levantándose como enorme llamarada, nadie será capaz de acapararla…
#9Jue Feb 09, 2012 1:12 pm
[La dolor no es el objetivo del arma "shinobi"]
Kaori-nee es una niña muy dulce por lo que no me sorprende que se lleve tan bien con todos… y qué puedo decir de Aoi? –se pausó un momento- -Ella es una chica fuerte, que a diferencia mía, si piensa bien las cosas x3 –Comenzó a hablar- No se deja llevar por las agresiones ya sean palabras o acciones… y yo… si alguien llegara con su carita de engreído… no dudaría dos veces en golpearlo -.- -se apenó un poco y puso carita de -- > (-.-)u –Pero si fueran de lo más amables, claro que sería un “yo” mejor-Sonrió más cálidamente.
Por un momento la conversación se pausó momentáneamente y el sonido de las hojas de los árboles era el ritmo que se escuchaba en aquel lugar. Había luz suficiente a pesar de que estuviera nublado, pues las nubes notablemente eran muy ligeras por así decirlo. El aroma dulcemente a humedad en ese momento comenzó a llegar fuertemente. La pelinegra suspiró un poco y sonrió al notar aquel aroma. –Clío-chan… está por llover-Habló Takumí sin moverse. –Lo sé…- Contestó algo cortante la chica. –Quieres que volvamos?-preguntó nuevamente. –Nop… me parece mejor quedarnos ahora –Sonrió al fin.
-Clío…- Comenzó a decir la ojijade, provocando que ésta desviara una mirada inocente hacia ella.- Cuando usé por primera vez mi jutsu secreto para leer tu mente… una extraña sensación llenó mi cuerpo … una nueva e inexplicable–Explicaba- Y por ello, puedo básicamente, sentir lo que sientes… Cuando conocí tus ideales y tu manera de ver el mundo, tan diferente de la mayoría, había una sensación de calidez… disculpa por lo que voy a decir a continuación- Se disculpó- Pero después a pesar de que sonreías llevabas un dolor en el pecho- Terminó de decir sin saber exactamente a dónde quería llegar, solo, desvió su mirada.
Hubo un corto silencio que incomodaba un poco, la Inuzuka agachó la mirada ligeramente, y enseguida el eco de la lluvia cayendo contra el suelo resonó en el lugar. El chico de lacia cabellera negra mantenía fija su mirada a un punto indefinido, había entendido mejor lo que su amada quiso decir que él mismo y aquello le molestaba no por el hecho, sino que también podía sentirlo. La Inuzuka no dijo nada por un largo rato pero fue su primo quien se movió un poco tratando de encontrar la mejor manera para describir lo que quería decir. –Clío es muy optimista… -Musitó con una voz un poco tímida y por su pensamiento, pasó la imagen de la chica recordándola cuantas duras etapas ha vivido pero que a pesar de eso, trataba de ser siempre feliz y mostraba y dedicaba una sonrisa al menos a quien fuera.
Había pasado hace un par de años.. que cierto chico había muerto estúpidamente, describiría él… pues el motivo de la muerte de aquel shinobi había sido guerra… Una de las razones por las que Clío había elegido seguir el camino con Mura No Me. Aquella muerte sin duda alguna había dejado sin alma a Clío por un tiempo, pero con el mismo pasar del tiempo había logrado seguir adelante. Takumi recordaba aún como el padre de la Inuzuka siempre le decía una frase que ella guardaba con tanta importancia “el amor no es una pequeña cosa perfecta Clío… tienes que saber cultivarlo y mantenerlo así sea el mejor postor a quien le entregues su fruto” –Le repetía cuando ésta sentía lejos a su madre y cuando de niña soñaba con una idea mucho más diferente contra la que ahora lidiaba.
Los tres se mantuvieron silenciosos… pero la rubia no podía aplacar sus intrigas; Si Clío era tan optimista como su esposo decía serlo.. ¿entonces cuál era el problema ahora?...
Por un momento la conversación se pausó momentáneamente y el sonido de las hojas de los árboles era el ritmo que se escuchaba en aquel lugar. Había luz suficiente a pesar de que estuviera nublado, pues las nubes notablemente eran muy ligeras por así decirlo. El aroma dulcemente a humedad en ese momento comenzó a llegar fuertemente. La pelinegra suspiró un poco y sonrió al notar aquel aroma. –Clío-chan… está por llover-Habló Takumí sin moverse. –Lo sé…- Contestó algo cortante la chica. –Quieres que volvamos?-preguntó nuevamente. –Nop… me parece mejor quedarnos ahora –Sonrió al fin.
-Clío…- Comenzó a decir la ojijade, provocando que ésta desviara una mirada inocente hacia ella.- Cuando usé por primera vez mi jutsu secreto para leer tu mente… una extraña sensación llenó mi cuerpo … una nueva e inexplicable–Explicaba- Y por ello, puedo básicamente, sentir lo que sientes… Cuando conocí tus ideales y tu manera de ver el mundo, tan diferente de la mayoría, había una sensación de calidez… disculpa por lo que voy a decir a continuación- Se disculpó- Pero después a pesar de que sonreías llevabas un dolor en el pecho- Terminó de decir sin saber exactamente a dónde quería llegar, solo, desvió su mirada.
Hubo un corto silencio que incomodaba un poco, la Inuzuka agachó la mirada ligeramente, y enseguida el eco de la lluvia cayendo contra el suelo resonó en el lugar. El chico de lacia cabellera negra mantenía fija su mirada a un punto indefinido, había entendido mejor lo que su amada quiso decir que él mismo y aquello le molestaba no por el hecho, sino que también podía sentirlo. La Inuzuka no dijo nada por un largo rato pero fue su primo quien se movió un poco tratando de encontrar la mejor manera para describir lo que quería decir. –Clío es muy optimista… -Musitó con una voz un poco tímida y por su pensamiento, pasó la imagen de la chica recordándola cuantas duras etapas ha vivido pero que a pesar de eso, trataba de ser siempre feliz y mostraba y dedicaba una sonrisa al menos a quien fuera.
Había pasado hace un par de años.. que cierto chico había muerto estúpidamente, describiría él… pues el motivo de la muerte de aquel shinobi había sido guerra… Una de las razones por las que Clío había elegido seguir el camino con Mura No Me. Aquella muerte sin duda alguna había dejado sin alma a Clío por un tiempo, pero con el mismo pasar del tiempo había logrado seguir adelante. Takumi recordaba aún como el padre de la Inuzuka siempre le decía una frase que ella guardaba con tanta importancia “el amor no es una pequeña cosa perfecta Clío… tienes que saber cultivarlo y mantenerlo así sea el mejor postor a quien le entregues su fruto” –Le repetía cuando ésta sentía lejos a su madre y cuando de niña soñaba con una idea mucho más diferente contra la que ahora lidiaba.
Los tres se mantuvieron silenciosos… pero la rubia no podía aplacar sus intrigas; Si Clío era tan optimista como su esposo decía serlo.. ¿entonces cuál era el problema ahora?...
#10Jue Feb 09, 2012 8:28 pm
[La fortaleza del carmesí]
Finalmente, suspiró Takumi- sin embargo… muy a pesar de ello, no deja de ser una niña… y como toda niña que crece con un ideal, es consumida por éste mundo de shinobis –Completó sonriendo mientras parecía acariciarle con la mirada ya que ésta estaba cabizbaja.
Yo siempre pensé que la vida era sobre mantenerse firme, sin importar que tan fuerte fuera la corriente…-Hablaba una vez más- Pero el ir con la corriente tampoco es tan tonto después de todo… Siempre y cuando te lleve hacia adelante-Continuó diciendo mientras ahora la imagen de un día al que describiría como el peor… ése día la pelinegra, había ido completamente en contra a todo lo que se había fijado… Para empezar, sus ideas no eran claras… desconocía el paradero de quien creía era la persona más importante, había llegado a odiar a su prima… e inclusive había llorado y querido golear con ganas a su mejor amigo- a menudo la gente dice que solo los amigos más cercanos pelean, pero en realidad… Las peleas son solo un conflicto entre dos personas. Después de todo, los humanos no pueden comprenderse entre sí, solo diciendo la verdad… -Entonces Clío levantó un poco la mirada. Subió ambas rodillas al tronco, flexionándolas frente a su rostro recargándose en ellas… Ahora imaginaba también a lo que su primo se refería… recordaba muy bien el día al que takumi retrocedía.
Clío había llorado luego de varios años… y parecía una tonta corriendo en la oscuridad y retachando con las paredes una y otra vez –Lo sé… -Susurró ella aún frágil. Por su mejilla una lágrima había descendido –El tiempo pasado no se recupera, el tiempo perdido no se encuentra… fuese cual hubiera sido el motivo de mi llanto ese día, no sanará, pero recordaré que siempre hay primaveras… aún si pasan años, lo mejor que puedo hacer es convertirlo en un recuerdo pues jamás encontrará otra manera de curarse y no pienso decirle nunca la verdad… él no lo entendería –Dijo para los inuzuka… Ahora Aikawa había enmudecido por completo y a pesar de ello la lluvia seguía cayendo, la chica solo se cubría por una chamarra así que solo subió su gorro un poco, Takumi imitó el movimiento pues vestía igual y abrazó a su esposa cubriéndola con su propia chaqueta.
Hay cosas que por más que quieras gritarlas… simplemente no puedes –Dijo Clío.- Puedo llorar unas veces y sonreír otras tantas… pero si ninguno pierde las esperanzas el mañana volverá.- Sonrió acariciando la corteza de la rama en la que se encontraba, pues con ayuda de un kunai, había trazado su nombre, y cerrando sus ojos se concentró en todo lo que recordaba, todo lo que le rodeaba, el tiempo y su historia de apenas 13 años. –Clío Inuzuka… quién lo diría?, una niña que busca ser diferente al resto es digno de ser- Dijo la rubia mientras sonreía en silencio y aquel comentario animó un poco más a la chica.
La lluvia no se había desatado completamente, normalmente en aquel lugar a aquello podría decírsele solo llovizna, había luz aún, el cielo era gris claro y no negro, habían brizas de aire y por si eso no bastara las enormes copas de los árboles mantenían a salvo a los shinobi que fueron a parar a aquel lugar y sin encontrar justificación obligación, permanecían ahí hablando de sí mismos.
Yo siempre pensé que la vida era sobre mantenerse firme, sin importar que tan fuerte fuera la corriente…-Hablaba una vez más- Pero el ir con la corriente tampoco es tan tonto después de todo… Siempre y cuando te lleve hacia adelante-Continuó diciendo mientras ahora la imagen de un día al que describiría como el peor… ése día la pelinegra, había ido completamente en contra a todo lo que se había fijado… Para empezar, sus ideas no eran claras… desconocía el paradero de quien creía era la persona más importante, había llegado a odiar a su prima… e inclusive había llorado y querido golear con ganas a su mejor amigo- a menudo la gente dice que solo los amigos más cercanos pelean, pero en realidad… Las peleas son solo un conflicto entre dos personas. Después de todo, los humanos no pueden comprenderse entre sí, solo diciendo la verdad… -Entonces Clío levantó un poco la mirada. Subió ambas rodillas al tronco, flexionándolas frente a su rostro recargándose en ellas… Ahora imaginaba también a lo que su primo se refería… recordaba muy bien el día al que takumi retrocedía.
Clío había llorado luego de varios años… y parecía una tonta corriendo en la oscuridad y retachando con las paredes una y otra vez –Lo sé… -Susurró ella aún frágil. Por su mejilla una lágrima había descendido –El tiempo pasado no se recupera, el tiempo perdido no se encuentra… fuese cual hubiera sido el motivo de mi llanto ese día, no sanará, pero recordaré que siempre hay primaveras… aún si pasan años, lo mejor que puedo hacer es convertirlo en un recuerdo pues jamás encontrará otra manera de curarse y no pienso decirle nunca la verdad… él no lo entendería –Dijo para los inuzuka… Ahora Aikawa había enmudecido por completo y a pesar de ello la lluvia seguía cayendo, la chica solo se cubría por una chamarra así que solo subió su gorro un poco, Takumi imitó el movimiento pues vestía igual y abrazó a su esposa cubriéndola con su propia chaqueta.
Hay cosas que por más que quieras gritarlas… simplemente no puedes –Dijo Clío.- Puedo llorar unas veces y sonreír otras tantas… pero si ninguno pierde las esperanzas el mañana volverá.- Sonrió acariciando la corteza de la rama en la que se encontraba, pues con ayuda de un kunai, había trazado su nombre, y cerrando sus ojos se concentró en todo lo que recordaba, todo lo que le rodeaba, el tiempo y su historia de apenas 13 años. –Clío Inuzuka… quién lo diría?, una niña que busca ser diferente al resto es digno de ser- Dijo la rubia mientras sonreía en silencio y aquel comentario animó un poco más a la chica.
La lluvia no se había desatado completamente, normalmente en aquel lugar a aquello podría decírsele solo llovizna, había luz aún, el cielo era gris claro y no negro, habían brizas de aire y por si eso no bastara las enormes copas de los árboles mantenían a salvo a los shinobi que fueron a parar a aquel lugar y sin encontrar justificación obligación, permanecían ahí hablando de sí mismos.
Última edición por Clío el Vie Feb 10, 2012 4:37 pm, editado 1 vez
#11Vie Feb 10, 2012 4:35 pm
[Los lazos carmesí]
Sin embargo… -habló Clío- eh estado preguntándome ¿Por qué los corazones de las personas cambian?... el solo hecho de pensarlo resulta ser un poco triste, no lo creen? – Limpió con sus mangas sus rostro y la lluvia parecía ser considerada con aquellos que solo querían pasar un tiempo fuera de las armas, y las peleas.
Para cuando la chica se dio cuenta de que sus audífonos aún se escuchaban una nueva letra resonó en su pensamiento “Eh olvidado las cosas que compre a la ansiedad y las cosas en las que yo creía ya que nunca estuvo ahí el habito de evitar tus ojos tu actitud poco clara y tu sonrisa mentirosa yo me muero incluso en pensar que no estés a mi lado. Incluso si no hay final, Incluso si te llevas la tristeza no olvides decir Adiós a los días que pensabas, eran mentira.” Y entonces la vos de Aikawa fue quien le sacó de sus pensamientos. –Clío y tu padre?- Preguntó abriendo sus ojos. –Jejeje… mi padre me dijo que jamás revelara el lugar a donde él llegaría… que solo quería verme llegar a mí cuando fuera el momento –Sonrió orgullosa- así que shhh >.< podría descubrirme –Bromeó retomando su buen humor.
En tu corazón hay un sentimiento que impide poner en orden tus ideas no? –Preguntó nuevamente la rubia.- hpm!- se quejó la pelinegra tirando una mirada retadora-amenazante–Claro que no e//é –Se negó. –Jajajaja por fin le conoces el lado nervioso que tiene xDD- se burló el pelinegro con sus carcajadas pero se detuvo cuando sintió a sus espaldas un escalofrío horrible, sintiendo a Clío cerca. –etto… =w=u –Balbuceó.
Bueno… no importa mucho-Dijo Clío levantando la mirada al darse cuenta de que la lluvia cesaba cada vez más- soportaré lo que sucede por mi cuenta o terceras personas, pero jamás permitiré que le hagan daño a quienes me rodean- Sonrió cálidamente y de la pequeña mochila que había protegido contra su pecho sacó un pequeño frasco con tapa gris –Hay vas de nuevo… -Se burló el inuzuka- kyyaaa!! >.< pues, me gusta, me gusta! ^^- Gritó en su defensa mientras aikawa y su pelinegro esposo reían. –Por qué comes muchas cerezas, Clío?- Preguntó la rubia levantándose un poco al menor para enderesar su espalda y no estar recargada en el pecho de su esposo. La Inuzuka había sacado una de las cerezas y antes de darles una mordida, como siempre hacía, la sostuvo entre sus labios sintiendo su dulzor un momento; miró a la muchacha que tenía una expresión confusa y sonrió mientras sostenía sus cereza del tallo retirándola de sus labios- bueno… en realidad no lo sé… pero creo que lo tengo desde pequeña porque mi padre solía llevarme de la mano cuando viajábamos a éste lugar y normalmente él me mostraba demasiadas frutas, pero había una en especial que brillaba como un rubí entre las rosas flores que se mecían al tiempo de las brisas de aire- Hizo una pequeña pausa mientras miraba la cereza en su mano. –Ya veo… te gustan los rubí? O te gusta su brilo?- Preguntó, según la memoria de Clío, como una pregunta capciosa, ella solía vestir a un tono carmesí, como el del rubí. – Uhhm… creo que ninguno, en realidad me gusta el carmesí, el color… es un color profundo, y hermoso ^^- contestó para luego llevar la cereza ahora dándole una muy pequeña mordida con los dientes –Sin embargo…. El dulzor de la cereza es esquicito *w* -Comentó sonriente ante aquel sabor… Era evidente… una de sus debilidades
#12Vie Feb 10, 2012 5:27 pm
[Al final de la lluvia, rocío queda]
Jajajaja lo ves? Cosas que nunca cambian, no es decir que sigues siendo igual, sino que mantienes detalles que te caracterizan- Dijo el pelinegro mirándola. –ñiaaa!! >.< -se apenó- pero no son malos los que me caracterizan, no?- Preguntó a su familia, quienes solo se miraron un momento y volvieron la mirada a la chica. –jajaj que Bakka –Bromeó Takumi- si ya fuiste tú la que estuvo comparándose con los demás… ¿qué podríamos decir, nosotros? –contestó.
La pelinegra dio la última mordida a su cereza y se dio cuenta de que había cometido un grandísimo error… ¡¿Clío se había comparado?!
-Creo que no lo pude evitar ._. estaba en uno de mis momentos de bipolaridad-Espetó entre risas. Era cierto, Clío era una completa bipolar, y sin embargo algunas veces no se entendía así misma ni a los demás. Luego de un largo rato en que los Inuzuka habían estado platicando bajo la llovizna que les había amenazado, ésta cesó por fin dejando las gotas de rocío en las hojas de las cuales, por su peso las gotas caían. Clío retiró su chamarra y la amarró a su cintura dejándose la blusa negra. Sus audífonos aún estaban activos y desató su negra cabellera.- que hermoso día el de hoy- expresó luego de una sonrisa. Es sorprendente el como un rocío te saca una sonrisa, y una acción muy pocas veces lo logra- Dijo su primo- hay que saber elegir y hacer las acciones- Intervino la rubia volviendo su mirada a la chica como si de un juego de miradas se tratara. –Correcto- asintió alegre la pelinegra
Ya es hora de irse, no creen? – Habló la pelinegra mientras se ponía de pie y por ende Takumi y la rubia por igual con algo de refunfuños pero se levantó también.
La chica saltó de la rama y fue aikawa quien le siguió, sin embargo éste no tocó el suelo –literalmente- pues takumi la cargó mientras caían pasando un brazo por su espalda y otro debajo de sus rosillas – Bueno… en definitiva yo creo que seré una chica diferente a las demás –Sonrió orgullosa como su padre lo hacía, Takumi conocía aquella expresión. –“Recuerda hija, el mantener siempre la sonrisa en tu semblante es la prueba más difícil que cualquier, puedes ser la más fuerte, la más hábil, gritar, llorar, decepcionar, perdonar… en toda ocasión, sonríe siempre” –Decía su padre cuándo ésta aún vivía con él.
-Seguro que lo das todo de ti- Habló Aikawa por fin tocando el piso- Así eres tú –Terminó de decir –Me limitaré a no decir soy buena o mala… solo diré soy yo- Expresó sonriente mientras tomaba su pequeña mochilita gris. -Bueno… entonces a donde vamos? –Preguntó Aikawa mientras comenzaban a avanzar, la chica dio una mordida a otra cereza más y su semblante mudó a sorpresa.- Damn… T.T por qué me trajiste?! –Gritó la chica soltando sus brazos y levantando su rostro al cielo.- A todo esto… cómo me trajeroon aquí? –Se sorprendió más de que en todo ese tiempo, no sabía si quiera como había sucedido.
Los Inuzuka continuaron caminando por aquel paraje ahora de un verde fosforescente y acentuado con un tomo verde limón. La corta lluvia que había acabado hace apenas, se había encargado de purificar el paisaje, por eso para Clío era lo más hermoso, así en su vida encontrara pasos oscuros o situaciones imperdonables, pero se quiera o no, tarde o no, sea suficiente o no, la lluvia se encargaría de limpiar aquel rastro, dejando las gotas de rocío solamente para recordar. “Quién soy?... aún no estoy seguro, hija, no puedo decir que seré tu héroe, pero a tus ojos quiero ser ese personaje de tus mangas que se encargará de defender tu camino limpiar la maleza y llevarte hasta donde brille de nuevo la luz, y no sé si llegaré a tu lado… pero será mi recompensa el verte feliz, sonríe y lo estaré” – je… - musitó Clío –“Porque yo soy Jiro Inuzuka… nadie más como yo JAJAJAJAJA- Reía alegre su padre.
La única figura paternal era la que siempre le acompañaba incluso ahora en sus recuerdos, “el rocía queda conmigo” –Había respondido la pelinegra refiriéndose a los recuerdos.
Las hojas de los árboles dejaban caer las pequeñas gotas de agua clara, últimas que quedaban en ellos. Así el rocío, últimos recuerdos en olvidar, la chica.
La pelinegra dio la última mordida a su cereza y se dio cuenta de que había cometido un grandísimo error… ¡¿Clío se había comparado?!
-Creo que no lo pude evitar ._. estaba en uno de mis momentos de bipolaridad-Espetó entre risas. Era cierto, Clío era una completa bipolar, y sin embargo algunas veces no se entendía así misma ni a los demás. Luego de un largo rato en que los Inuzuka habían estado platicando bajo la llovizna que les había amenazado, ésta cesó por fin dejando las gotas de rocío en las hojas de las cuales, por su peso las gotas caían. Clío retiró su chamarra y la amarró a su cintura dejándose la blusa negra. Sus audífonos aún estaban activos y desató su negra cabellera.- que hermoso día el de hoy- expresó luego de una sonrisa. Es sorprendente el como un rocío te saca una sonrisa, y una acción muy pocas veces lo logra- Dijo su primo- hay que saber elegir y hacer las acciones- Intervino la rubia volviendo su mirada a la chica como si de un juego de miradas se tratara. –Correcto- asintió alegre la pelinegra
Ya es hora de irse, no creen? – Habló la pelinegra mientras se ponía de pie y por ende Takumi y la rubia por igual con algo de refunfuños pero se levantó también.
La chica saltó de la rama y fue aikawa quien le siguió, sin embargo éste no tocó el suelo –literalmente- pues takumi la cargó mientras caían pasando un brazo por su espalda y otro debajo de sus rosillas – Bueno… en definitiva yo creo que seré una chica diferente a las demás –Sonrió orgullosa como su padre lo hacía, Takumi conocía aquella expresión. –“Recuerda hija, el mantener siempre la sonrisa en tu semblante es la prueba más difícil que cualquier, puedes ser la más fuerte, la más hábil, gritar, llorar, decepcionar, perdonar… en toda ocasión, sonríe siempre” –Decía su padre cuándo ésta aún vivía con él.
-Seguro que lo das todo de ti- Habló Aikawa por fin tocando el piso- Así eres tú –Terminó de decir –Me limitaré a no decir soy buena o mala… solo diré soy yo- Expresó sonriente mientras tomaba su pequeña mochilita gris. -Bueno… entonces a donde vamos? –Preguntó Aikawa mientras comenzaban a avanzar, la chica dio una mordida a otra cereza más y su semblante mudó a sorpresa.- Damn… T.T por qué me trajiste?! –Gritó la chica soltando sus brazos y levantando su rostro al cielo.- A todo esto… cómo me trajeroon aquí? –Se sorprendió más de que en todo ese tiempo, no sabía si quiera como había sucedido.
Los Inuzuka continuaron caminando por aquel paraje ahora de un verde fosforescente y acentuado con un tomo verde limón. La corta lluvia que había acabado hace apenas, se había encargado de purificar el paisaje, por eso para Clío era lo más hermoso, así en su vida encontrara pasos oscuros o situaciones imperdonables, pero se quiera o no, tarde o no, sea suficiente o no, la lluvia se encargaría de limpiar aquel rastro, dejando las gotas de rocío solamente para recordar. “Quién soy?... aún no estoy seguro, hija, no puedo decir que seré tu héroe, pero a tus ojos quiero ser ese personaje de tus mangas que se encargará de defender tu camino limpiar la maleza y llevarte hasta donde brille de nuevo la luz, y no sé si llegaré a tu lado… pero será mi recompensa el verte feliz, sonríe y lo estaré” – je… - musitó Clío –“Porque yo soy Jiro Inuzuka… nadie más como yo JAJAJAJAJA- Reía alegre su padre.
La única figura paternal era la que siempre le acompañaba incluso ahora en sus recuerdos, “el rocía queda conmigo” –Había respondido la pelinegra refiriéndose a los recuerdos.
Las hojas de los árboles dejaban caer las pequeñas gotas de agua clara, últimas que quedaban en ellos. Así el rocío, últimos recuerdos en olvidar, la chica.
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