#1Sáb Dic 31, 2011 12:10 am
Café:aroma de encuentros.
El sendero era basto y parecía no tener fin, siempre rodeado por edificios y casas de pintorescos colores. A lo largo del camino que conducía a las profundidades del pueblo la silueta fantasmal de un hombre flotaba entre los azotes del mundo, envolviendolo en abrazos de hojarascas y pétalos de flores marchitas mezcladas con hojas sin sentido. Su gabardina danzaba con cada punzada de aire respondiendo al gesto pasivo que daba el día al transeunte que se desplazaba con tranquilidad bajo un sol con temor, escondido entre las cobijas esponjosas.
-Tienes que conocer es lugar, es muy agradable.- recordó lo dicho por uno de sus compañeros de la academia. Baco sabía perfectamente que no era de esas personas que le gustaba hacer crecer su circulo social, pero reconocía que un pequeño comezón invadia su mente al pensar en como sería aquel famoso lugar donde se dice que el aroma a humor y felicidad se puede apreciar con un delicado toque de café.
Sus pasos fueron un poco más entusiasmados al poder divisar la esquina donde un gran letrero algo deteriorado por el tiempo pronunciaba en letras grandes el nombre, ganado con el paso de los años y las historias guardadas, del café. Baco levantó su mirada para asegurarse bien de que fuera el lugar correcto. Contemplo el cielo que parecía no tener animo de estallar en millares de luces para brindar su fuerte abrazo a la humanidad y por debajo el tejado del siempre nombrado café. Sintió el aroma al cacao mezclado en finos licores y el dulce de la crema, así como el susurro de una muchedumbre que se contenía en aquel pequeño pero acogedor espacio. Se encogió los hombros sintiendo una emoción ante tanto buen comentario sobre aquel lugar. Soltó una risa y se dispuso a conocer el mundo que lo llamaba en tonos de risa y un buen olor a bebida caliente.
-Tienes que conocer es lugar, es muy agradable.- recordó lo dicho por uno de sus compañeros de la academia. Baco sabía perfectamente que no era de esas personas que le gustaba hacer crecer su circulo social, pero reconocía que un pequeño comezón invadia su mente al pensar en como sería aquel famoso lugar donde se dice que el aroma a humor y felicidad se puede apreciar con un delicado toque de café.
Sus pasos fueron un poco más entusiasmados al poder divisar la esquina donde un gran letrero algo deteriorado por el tiempo pronunciaba en letras grandes el nombre, ganado con el paso de los años y las historias guardadas, del café. Baco levantó su mirada para asegurarse bien de que fuera el lugar correcto. Contemplo el cielo que parecía no tener animo de estallar en millares de luces para brindar su fuerte abrazo a la humanidad y por debajo el tejado del siempre nombrado café. Sintió el aroma al cacao mezclado en finos licores y el dulce de la crema, así como el susurro de una muchedumbre que se contenía en aquel pequeño pero acogedor espacio. Se encogió los hombros sintiendo una emoción ante tanto buen comentario sobre aquel lugar. Soltó una risa y se dispuso a conocer el mundo que lo llamaba en tonos de risa y un buen olor a bebida caliente.
#2Sáb Dic 31, 2011 11:42 am
Re: Café:aroma de encuentros.
El rose con la madera añejada de la entrada le dio una sensación de otros tiempos, donde quizás las personas de tiempos pasados disfrutaban tanto como las de la actual generación. Baco vio ligeramente las siluetas de las personas danzar en la intimidad del café. Antes de poder adentrarse a aquel mundo un ligero golpe lo detuvo. Sintió un peso apoyandose en su pierna derecha levantando delicadamente el peso de su gabardina. Busco el origen de aquel golpe pudiendo ver un vulto junto a él. Una tela oscura envolvía a una pequeña figura que parecía temblar constantemente buscando algo en el ropaje del joven. Baco se mantuvo de pie sin poder decir nada..algo llamaba su atención en los gestos de aquel niño. Su rostro se levantó de los abrigos de las desgastadas capas que lo cubrían dejando ver un rostro algo sucio pero bello. Sus pequeños brazos jalaban la tela negra de pantalon como si pidiera en una forma cariñosa que no entrara al lugar y se quedara con el por siempre. Baco soltó la puerta del café al notar la insistencia del niño. En cuclillas llego a la altura del pequeño encontrando sus grandes ojos de color oliva.
-Que quieres?-preguntó secamente ocultando su aprecio por el color puro de las iris del pequeño. Por su parte el niño se llevó las manos a su boca como si tuviera temor de responder la pregunta. Baco noto como la piel del pequeño comenzaba a tornarse de un color rosado a rojo. Tomó de los brazos del niño mostrando algo de intriga.
-Oye mocoso, dime que te pasa?
No pudo escuchar la voz del pequeño, solamente sintió un fuerte golpe en su espalda, reconoció la madera añejada del bar sobre su cuerpo mandandolo al suelo. Una pareja salía del lugar topandose con el ligero cuerpo del ninja que había estorbado la entrada. Baco se sacudió la cabeza sintiendo el dolor contra el suelo. Escuchó ligeramente un insultó por parte de uno de ellos mientras se alejaban. Instantaneamente busco al pequeño, pero ya no aparecía a su vista. Se levantó para poder divisar bien a lo lejos, tan solo se encontro con el sonido de la ciudad y los cuerpos en masa moviendose como de costumbre. Sin comprenderlo y resignado a nunca saber lo que atormentaba al niño entró al café.
-Que quieres?-preguntó secamente ocultando su aprecio por el color puro de las iris del pequeño. Por su parte el niño se llevó las manos a su boca como si tuviera temor de responder la pregunta. Baco noto como la piel del pequeño comenzaba a tornarse de un color rosado a rojo. Tomó de los brazos del niño mostrando algo de intriga.
-Oye mocoso, dime que te pasa?
No pudo escuchar la voz del pequeño, solamente sintió un fuerte golpe en su espalda, reconoció la madera añejada del bar sobre su cuerpo mandandolo al suelo. Una pareja salía del lugar topandose con el ligero cuerpo del ninja que había estorbado la entrada. Baco se sacudió la cabeza sintiendo el dolor contra el suelo. Escuchó ligeramente un insultó por parte de uno de ellos mientras se alejaban. Instantaneamente busco al pequeño, pero ya no aparecía a su vista. Se levantó para poder divisar bien a lo lejos, tan solo se encontro con el sonido de la ciudad y los cuerpos en masa moviendose como de costumbre. Sin comprenderlo y resignado a nunca saber lo que atormentaba al niño entró al café.
#3Sáb Dic 31, 2011 7:27 pm
Re: Café:aroma de encuentros.
Largo fue el viaje del joven Uchiha, había estado recorriendo el mundo en un solo sentido durante varias semanas, tratando de toparse con algo conocido, alguna pista, algo que pudiese dar sentido a sus visiones. Sin haber obtenido mucha información, el joven bajo aquella vestimenta que le cubría la mayor parte del cuerpo, decidió entrar a uno de los lugares que como en su aldea, era muy famoso. La decoración superficial sin duda era llamativa, algo que daba la idea del gremio shinobi que habitaba en aquel país, el aroma sutil a café recien preparado era algo que movía sus sentidos y lo invitaba con insistencia a entrar.
Vaya.. ese aroma es buenísimo... -Con tono completamente decidido a entrar en aquellos aposentos.
Dirigiéndose hacia la entrada observó a otro joven interpuesto en la entrada del Café, que aparentemente no estaba en sus mejores cabales. Mientras una pareja ninja salia topándose con aquel shinobi, el Uchiha cada vez estaba más cerca de la entrada. Un insulto por parte de uno de los enamorados fue algo que de verdad irritó a Sai, ya antes de ingresar, volteó su mirada y se dirige a aquel joven con tenue voz
Estas bien? - Con cierto interés en saber lo que le ocurría. No estaba de más tratar de ayudar a alguien, después de todo, por su aspecto no parecía ser ningún tipo de vagabundo. Como no recibió respuesta alguna, decidió seguir su camino y entrar.
El lugar estaba lleno de muchas personas, hablando, riendo... compartiendo. Todo se veía apacible. Para ser sincero, lucía mucho mejor por dentro. Dentro el aroma era mucho más fuerte, más agradable. Sai no dudo en sentarse en la barra en el fondo para pedir uno de esos deliciosos cafés.
Vaya.. ese aroma es buenísimo... -Con tono completamente decidido a entrar en aquellos aposentos.
Dirigiéndose hacia la entrada observó a otro joven interpuesto en la entrada del Café, que aparentemente no estaba en sus mejores cabales. Mientras una pareja ninja salia topándose con aquel shinobi, el Uchiha cada vez estaba más cerca de la entrada. Un insulto por parte de uno de los enamorados fue algo que de verdad irritó a Sai, ya antes de ingresar, volteó su mirada y se dirige a aquel joven con tenue voz
Estas bien? - Con cierto interés en saber lo que le ocurría. No estaba de más tratar de ayudar a alguien, después de todo, por su aspecto no parecía ser ningún tipo de vagabundo. Como no recibió respuesta alguna, decidió seguir su camino y entrar.
El lugar estaba lleno de muchas personas, hablando, riendo... compartiendo. Todo se veía apacible. Para ser sincero, lucía mucho mejor por dentro. Dentro el aroma era mucho más fuerte, más agradable. Sai no dudo en sentarse en la barra en el fondo para pedir uno de esos deliciosos cafés.
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