La aldea de la roca no siempre ah mostrado una imagen tosca y desolada, en algunos rincones escondidos se guarda el verde tesoro de la tierra alejados de todo ojo ajeno y la envidia del propio mundo. Envuelta en grandes columnas macizas de roca como guardianes del pequeño eden, se encuentran las tierras frescas donde habitan cierto selecto grupo de personas, unas con el don requerido para pisar santo suelo y otras con el poder economico suficiente para poder presumir su estancia en aquel grupo de selectos.

Pese a que Baco perdió el poderío economico de su familia, aún existe rastros del imperio esparcidas por cada aldea que ni el tiempo ni la guerra pudo borrarlas y una de ellas es un pequeño departamento en una de las torres de la denominada "ciudad del cielo" dicho nombre sacado por la mente del arquitecto creador de tal proyecto, un día desde el ultimo piso de una de las torres de apartamentos quedó cautivado por la vista del horizonte y de los lejanos mundos que rodeaban su creación.

Pese a su pequeño puesto en tal selecto rincón y rodeado por el poderio de las familias más importantes y talentosos guerreros de la aldea, Baco siempre ah mostrado desinterés ante ese ambiente que algun día perteneció. Dentro de la habitación no es más como cualquier otro comodo lugar para un bohemio y despreocupado joven donde las paredes sostienen el gusto por el arte moderno y el buen vino, el desorden de sus tesoros y el desinterés por mostrarse como una persona ordenada. Así era su pequeño y elegante hogar, tan suyo, tan él. Aquel refugio donde puede despojarse del dolor y entregarse a la intimidad de su propio ser, allí donde la luz se encierra en una pequeña lampara para alumbrarlo todo y entregar la paz clamada.

off: bienvenidos a mi casita