Lo que había mencionado el viejo sobre los 50 guardias no era algo muy esperanzador, hasta el momento Sai y Vangyel eran los que hasta ahora habían demostrado tener alguna habilidad con el chakra, por supuesto Will no se queda atrás con su fiera decisión al atacar. La puerta reprensentaba un obstáculo hasta que Vangyel la abrió facilmente con la punta de un kunai, Sai urga entre su ropa y lo que consigue es un par de shuriken y un kunai. (No sé en que estaba pensando por venir tan poco cargado de armas... Claro, si nos fuesen hablado de que algo así pasaría en vez de mantenerlo en secreto) Refuta en su mente recordando la razón por la cual había despertado en aquel paraje blanco.

Finalemente la puerta cede ante el kunai de Vangyel - Bien hecho Van... - Con pulgar arriba mientras rápidamente su amigo de Kiri se regresa y se ubica detrás de Sai.

Mieerr! - Sorprendido por aquella multitud de guardias a la espera de los fugitivos. Sai toma posición defensiva y tan solo alcanza a hacer un par de sellos cuando es interrumpido por la aparición de un personaje de armadura seguido por un grupo de shinobis, los cuales ya les resultaba familiar ya que eran los que habían sido beneficiados al ser enviados de paseo por la ciudad. Aquel momento le resultaba muy familiar, algo que terminó de confirmar tras la expresión de Wagner.

Shikaku? Vaya... al final terminó involucrándose con esta gente - En voz baja, con tono algo burlón, para relajar el stress que le producía ver a tantos enemigos juntos. Por otro lado., el número no representó problema alguno para aquella guerrera quien los acabó uno a uno mientras el anciano se presentaba formalmente y les contaba a todo con un poco más de detalle sobre lo que pasaba en esa fortaleza de hielo y roca.

Misterios se iban develando, Sai escuchaba con atención pero no podía evitar tratar de observar la forma de pelear de Shikaku, ver como atravesaba con su lanza a aquellos guardias sin importarle algo más y verlos volar por el cielo ya acabados, en el lugar ya se sentía un poco de calor por la "magia" del guerrero enlatado. Las palabras del anciano Senkaku retumbaron en sus oidos cuando oye sobre los senescales, en especial "Azhiolos del fuego" alli comprende lo que Shikaku les había insistido tanto. Hey.. viejo.. Levantando la mano como cualquier estudiante intentando participar en una clase - Shikaku me dijo que yo poseía el poder de Azhiolos conmigo... tiene alguna relevancia? - Señalando a aquel guerrero que para muchos de los presentes era aún desconocido.

Sai esperó la respuesta del anciano, puede que le responda o que no ya que es experto en responder solo lo que le conviene, sin embargo, tal y como dijo Shikaku "... si van a ayudar merecen saber todo". Otro punto llamo su atenciónal referirse a las llaves que liberarían a la bestia, no le dio buena espina a Sai, en lo primero que pensó sin saber por qué fue en el pergamino que escondía Wagner en sus ropas, inmediatamente volteó a ver al chico de la máscara, pudiendo ver además a los que habían llegado con Shikaku.

Nagato? - En voz baja, reconociendo a otro compañero de la niebla. En ese momento Shikaku ya había acabado con los guardias y regresa hasta donde estan todos los shinobis reunidos, quitándose el caso demuestra su feminidad y el anciano la llama por su verdadero nombre a petición. Mientras, Will no pierde tiempo en reuniones y trata de aprovechar a los guardias caidos sacándole sus pertenencias. - Trata de no meterte en más problemas amigo - Comenta hacia el chico de la lanza y armado hasta los dientes con algo de gracia.

Son advertidos por el anciano mientras avanzan hacia la torre, no quedaba más sino moverse ya que después de tantos escándalos por la ciudad era muy probable que vendrían más guardias, parecían infinitos en aquella fortaleza. Sai se mueve al lado de Vangyel y le da una palmada - Compadre... definitivamente tenemos trabajo que hacer