#1Sáb Ene 07, 2012 8:23 pm
[Trama] Cuando la carmesi luna empieza a sonreir
Cuan agitado podía ser el viento en aquel lugar. Aquel feudo apartado de muchos era bastante misterioso. Sin embargo aquella delgada figura podía verse esperando pacientemente la llegada de alguien. El viento soplaba fuertemente mientras aquella silueta permanecía impasible. Solo de cuando en cuando sus vestimentas ondeaban por la fuerza del viento de ese lugar. La oscuridad de la noche le amparaba, si apenas iluminada por una luna que se encontraba en su cuarto menguantes y poco menos. Las estrellas parecían haberse olvidado de llegar en aquella noche, mientras que el astro platino, ahora se asomaba apenas con un tono de carmesí.
El sonido de caballos hizo que la mujer levantase la vista, provocando también que los brazos, que tenía cruzados por debajo de su pecho se alistasen ante cualquier cosa. Sin embargo, sonrió y volvió a cruzarlos al ver que cincuenta hombres se acercaban a todo galope por la llanura irrumpida de algunos obstáculos. En solo un minuto se vio rodeada de aquellos soldados, quienes abrían paso a su general. Algunos le apuntaban con lanzas, otros con espadas y algunos se ocultaban detrás de un aparente montículo de tierra que los defendería de algún ataque.
-Llegas tarde – inquirió resoplando mientras parecía estar indignada por aquel hehco.
-Una mercenaria como tú no debería ponerse exigente, pediste un pago descomunal por el trabajo que se te pidió, y pides que se te pague la mitad por adelantado y la otra mitad en este desolado lugar ¿crees acaso que los señores feudales son tus juguetes para hacer estas ridículas exigencias? – le resonó aquel hombre que aparentemente era el general.
-Hablas como el perro de aquel hombre… pero ¿de qué se quejan? – pregunto la hermosa mujer mirándole frívolamente – el trabajo fue hecho tal y como el pedía, la crisis política no podría estar más arriba y eso lo va a a aprovechar ese idiota ¿no es así?.
Muchos de los hombres ahí reunidos gruñeron o lanzaron insultos por lo bajo, pero ninguno se atrevió a atacar, aquello hizo que la sonrisa de la chica volviera a aparecer bufando.
-Es de esperar de una pandilla de inútiles – sentencio con fuerza – tu amo sabía muy bien a quien estaba contratando cuando pidió ese trabajo, así que deja de molestar, y dame el dinero de una buena vez. W. me estará molestando si no le llevo el dinero pronto.
Sin embargo aquellos hombres no se movieron y algunos avanzaron un par de pasos, cercándola con aquel montón de armas que llevaba. Ninguno parecía estar dispuesto a negociar, más bien parecía que en cualquier momento la empalarían.
-¿De verdad creíste que el señor feudal es tonto? – le pregunto mientras desenvainaba su katana – que alguien sepa quién es el que ordeno el asesinato del dirigente del país del viento es peligroso ¿Quién asegura que no nos chantajearían después con la información?
-A nosotros no nos interesa lo que hagan los idiotas en la política – aclaro sin inmutarse lo mas mínimo, parecía más bien aburrida – así que te lo pediré de nuevo... dame el dinero que habíamos acordado.
Hubo risas generales en aquellos hombres, ninguno estaba pensando en dar el dinero, mas bien, quizá ni saquera hubieran llevado el pago pacto.
-No es bueno saber que por ahí andan tipos que pueden matar señores feudales, mejor usar el cuchillo y evitar que alguien más lo use… es mejor que mueran aquí – indico alzando su katana
-Tu amo es más idiota de lo que pensé, no quiere tener de enemigo al país de la arena… pero a decidido tomar como enemigo a akatsuki…. Es un completo imbécil…
-¡Ataquen! – ordeno el dirigente
Y en el firmamento, como si se burlase de aquello.. la luna solo mostraba una risa carmesí.
El sonido de caballos hizo que la mujer levantase la vista, provocando también que los brazos, que tenía cruzados por debajo de su pecho se alistasen ante cualquier cosa. Sin embargo, sonrió y volvió a cruzarlos al ver que cincuenta hombres se acercaban a todo galope por la llanura irrumpida de algunos obstáculos. En solo un minuto se vio rodeada de aquellos soldados, quienes abrían paso a su general. Algunos le apuntaban con lanzas, otros con espadas y algunos se ocultaban detrás de un aparente montículo de tierra que los defendería de algún ataque.
-Llegas tarde – inquirió resoplando mientras parecía estar indignada por aquel hehco.
-Una mercenaria como tú no debería ponerse exigente, pediste un pago descomunal por el trabajo que se te pidió, y pides que se te pague la mitad por adelantado y la otra mitad en este desolado lugar ¿crees acaso que los señores feudales son tus juguetes para hacer estas ridículas exigencias? – le resonó aquel hombre que aparentemente era el general.
-Hablas como el perro de aquel hombre… pero ¿de qué se quejan? – pregunto la hermosa mujer mirándole frívolamente – el trabajo fue hecho tal y como el pedía, la crisis política no podría estar más arriba y eso lo va a a aprovechar ese idiota ¿no es así?.
Muchos de los hombres ahí reunidos gruñeron o lanzaron insultos por lo bajo, pero ninguno se atrevió a atacar, aquello hizo que la sonrisa de la chica volviera a aparecer bufando.
-Es de esperar de una pandilla de inútiles – sentencio con fuerza – tu amo sabía muy bien a quien estaba contratando cuando pidió ese trabajo, así que deja de molestar, y dame el dinero de una buena vez. W. me estará molestando si no le llevo el dinero pronto.
Sin embargo aquellos hombres no se movieron y algunos avanzaron un par de pasos, cercándola con aquel montón de armas que llevaba. Ninguno parecía estar dispuesto a negociar, más bien parecía que en cualquier momento la empalarían.
-¿De verdad creíste que el señor feudal es tonto? – le pregunto mientras desenvainaba su katana – que alguien sepa quién es el que ordeno el asesinato del dirigente del país del viento es peligroso ¿Quién asegura que no nos chantajearían después con la información?
-A nosotros no nos interesa lo que hagan los idiotas en la política – aclaro sin inmutarse lo mas mínimo, parecía más bien aburrida – así que te lo pediré de nuevo... dame el dinero que habíamos acordado.
Hubo risas generales en aquellos hombres, ninguno estaba pensando en dar el dinero, mas bien, quizá ni saquera hubieran llevado el pago pacto.
-No es bueno saber que por ahí andan tipos que pueden matar señores feudales, mejor usar el cuchillo y evitar que alguien más lo use… es mejor que mueran aquí – indico alzando su katana
-Tu amo es más idiota de lo que pensé, no quiere tener de enemigo al país de la arena… pero a decidido tomar como enemigo a akatsuki…. Es un completo imbécil…
-¡Ataquen! – ordeno el dirigente
Y en el firmamento, como si se burlase de aquello.. la luna solo mostraba una risa carmesí.
#2Mar Ene 10, 2012 1:36 pm
Re: [Trama] Cuando la carmesi luna empieza a sonreir
¡Ataquen!, se había escuchado el grito de aquel general incitando a sus hombres a atacar, la mujer solo sonrió, mirando al ingenuo espadachín, mientras el primer valiente, o mejor dicho el primer imbécil se lanzaba contra ella con una estocada de su katana. Sin embargo no se movió, en vez de ello cerró los ojos con tranquilidad y dejo que otro de los soldados bloquease el ataque que había sido destinado originalmente para ella.
-Gracias querido... bien hecho – agradeció con dulce voz mientras se cruzaba de brazos y alzaba uno para recargargar su mejilla en la mano.
La confusión se hizo presente en el rostro de todos los presentes ¿Qué hacia aquel un soldado de elite del señor feudal haciendo un favor a aquella escoria ninja?. En segundo después la confusión era sustituida por el enojo general fe todos.
-¿Qué haces idiota? – le reclamaron muchos de los soldados tachándolo de traidor, varios se lanzaron contra, el sin embargo otros tantos se sumaron a la defensa de la akatsuki. -¡¿Qué hacen imbéciles?!
Varios alzaron los puños exigiendo una explicación de aquel ruin acto y muchos ya avanzaban para ayudar a asesinara aquellos traidores.
-¡Ayúdenos! – Rogaron varios que parecían estar temblando, como si estuviesen aterrados - ¡no podemos movernos como deseamos! – suplicaron alzando las katanas y propinando golpes con ellas, algunos de los soldados cayeron muertos y otros tantos se confundían.
-¡Perra! Has sido tú– exclamo el general haciendo que su caballo corrieran para embestir a aquella kunoichi que sonreía dulce y maquiavélicamente.
-Nada de eso querido – le susurro, y uno de aquellos soldados salto contra el caballo tirando al general del mismo – ellos han comprendido que soy hermosa… ¿no sería triste si muriera? - le dijo riendo como si fuera lo más obvio del mundo – así que ellos han decidido ponerse de mi lado…
Era un completo caos aquellos hombres estaban peleando unos con otros y muchos tachaban de un maleficio lo que estaba pasándole a los demás, ante el terror muchos mataban a diestra y siniestra y otros pocos se suicidaron, y la mujer no se había dignado a pelear en ningún momento.
-¿Qué eres tu? – le pregunto el general en el suelo sin poder levantarse, ante el peso del caballo que le había roto las piernas.
Aquella akatsuki le miro desde arriba, con arrogancia y malicia, dando un par de pasos hacia el e inclinándose para verlo mejor
-Solo una mujer que consigue lo que desea… - le contesto pasándole el índice por la mejilla, acto seguido ante los sorprendidos ojos del hombre, sus propias manos rodearon su cuello comenzando a asfixiarlo . – Esto es aburrido – comenzó como si se hubiera fastidiado de ello mientras se erguía de nuevo – bufo… ¿te molestaría terminar aquí? – le pregunto aparentemente a la nada.
Aquellos ya aterrados hombres vieron como aquello que habían tomado por un montículo de tierra se movía, y producía un sonido similar a un bostezo, como si alguien hubiera estado dormido. Un par de hombres soltaron un grito e miedo al ver como un aparente hombre de poco mas de dos metros se ponía de pie, dejando ver lo robusto de su corpulencia.
-¿Dijiste algo Shi-chan? – le pregunto risueño mirando a la fémina
-Mo… distraído como siempre… solo termina con ellos si – pidió cruzándose de brazos como si le molestara la actitud de su compañero – me hubiera gustado hacer equipo con Izuo… seguro que el mola mas – se dijo como si quisiera estar con otro akatsuki.
Aquel corpulento hombre se desperezo siendo mirado por los aterrados soldados. Movió un poco su brazo, parecía que no tenia ánimos de jugar. Dio un paso hacia aquellos hombre, mientras su puño se levantaba, algunos trataron de encararlo, peor en cuando este dejo caer el golpe, fue como si un tres de diez metros cayera sobre aquellos hombres asesinándolos al instante. La tierra se sacudió y desquebrajo por aquel ataque.
-W. nos va a echar la bronca… si el líder nos lo había dicho… cobrad por adelantado… ahora tendremos que aguantar un sermón – se quejo inflando las mejillas la mujer después de ver los esparcidos cadáveres de aquellos idiotas que los habían desafiado
-Podemos tomar el oro de traen… será suficiente para la deuda – respondió el hombre tomando un saco de oro que portaban, seguramente lo llevaban como botín o algo similar…
-Je… entonces estará bien… - dijo la chica sonriendo y caminando en dirección a tal de salir de aquel territorio – mira la luna.. esta particularmente hermosa hoy…
-Gracias querido... bien hecho – agradeció con dulce voz mientras se cruzaba de brazos y alzaba uno para recargargar su mejilla en la mano.
La confusión se hizo presente en el rostro de todos los presentes ¿Qué hacia aquel un soldado de elite del señor feudal haciendo un favor a aquella escoria ninja?. En segundo después la confusión era sustituida por el enojo general fe todos.
-¿Qué haces idiota? – le reclamaron muchos de los soldados tachándolo de traidor, varios se lanzaron contra, el sin embargo otros tantos se sumaron a la defensa de la akatsuki. -¡¿Qué hacen imbéciles?!
Varios alzaron los puños exigiendo una explicación de aquel ruin acto y muchos ya avanzaban para ayudar a asesinara aquellos traidores.
-¡Ayúdenos! – Rogaron varios que parecían estar temblando, como si estuviesen aterrados - ¡no podemos movernos como deseamos! – suplicaron alzando las katanas y propinando golpes con ellas, algunos de los soldados cayeron muertos y otros tantos se confundían.
-¡Perra! Has sido tú– exclamo el general haciendo que su caballo corrieran para embestir a aquella kunoichi que sonreía dulce y maquiavélicamente.
-Nada de eso querido – le susurro, y uno de aquellos soldados salto contra el caballo tirando al general del mismo – ellos han comprendido que soy hermosa… ¿no sería triste si muriera? - le dijo riendo como si fuera lo más obvio del mundo – así que ellos han decidido ponerse de mi lado…
Era un completo caos aquellos hombres estaban peleando unos con otros y muchos tachaban de un maleficio lo que estaba pasándole a los demás, ante el terror muchos mataban a diestra y siniestra y otros pocos se suicidaron, y la mujer no se había dignado a pelear en ningún momento.
-¿Qué eres tu? – le pregunto el general en el suelo sin poder levantarse, ante el peso del caballo que le había roto las piernas.
Aquella akatsuki le miro desde arriba, con arrogancia y malicia, dando un par de pasos hacia el e inclinándose para verlo mejor
-Solo una mujer que consigue lo que desea… - le contesto pasándole el índice por la mejilla, acto seguido ante los sorprendidos ojos del hombre, sus propias manos rodearon su cuello comenzando a asfixiarlo . – Esto es aburrido – comenzó como si se hubiera fastidiado de ello mientras se erguía de nuevo – bufo… ¿te molestaría terminar aquí? – le pregunto aparentemente a la nada.
Aquellos ya aterrados hombres vieron como aquello que habían tomado por un montículo de tierra se movía, y producía un sonido similar a un bostezo, como si alguien hubiera estado dormido. Un par de hombres soltaron un grito e miedo al ver como un aparente hombre de poco mas de dos metros se ponía de pie, dejando ver lo robusto de su corpulencia.
-¿Dijiste algo Shi-chan? – le pregunto risueño mirando a la fémina
-Mo… distraído como siempre… solo termina con ellos si – pidió cruzándose de brazos como si le molestara la actitud de su compañero – me hubiera gustado hacer equipo con Izuo… seguro que el mola mas – se dijo como si quisiera estar con otro akatsuki.
Aquel corpulento hombre se desperezo siendo mirado por los aterrados soldados. Movió un poco su brazo, parecía que no tenia ánimos de jugar. Dio un paso hacia aquellos hombre, mientras su puño se levantaba, algunos trataron de encararlo, peor en cuando este dejo caer el golpe, fue como si un tres de diez metros cayera sobre aquellos hombres asesinándolos al instante. La tierra se sacudió y desquebrajo por aquel ataque.
-W. nos va a echar la bronca… si el líder nos lo había dicho… cobrad por adelantado… ahora tendremos que aguantar un sermón – se quejo inflando las mejillas la mujer después de ver los esparcidos cadáveres de aquellos idiotas que los habían desafiado
-Podemos tomar el oro de traen… será suficiente para la deuda – respondió el hombre tomando un saco de oro que portaban, seguramente lo llevaban como botín o algo similar…
-Je… entonces estará bien… - dijo la chica sonriendo y caminando en dirección a tal de salir de aquel territorio – mira la luna.. esta particularmente hermosa hoy…